El rebozo suele ser una técnica muy utilizada por las familias latinas para cuidar al bebé durante sus primeros días de vida. Al aplicarlo, el bebé prolongará por un tiempo más el ambiente cálido que tuvo en el útero materno.
Con el nacimiento, el bebé tiene las piernas y los brazos sueltos. Estos al ser flexibles pueden dar movimientos involuntarios que ocasionan golpes y rasguños, que al hacerse continuo ocacionan el rechazo del bebé al nuevo ambiente.
Por ello, las familias latinas conservan el rebozo, pues los hace sentir como si estuvieran en un nidito: arrullados y calientitos.Y hay mayor contacto entre la madre y el bebé. El pequeño puede escuchar los latidos de tu corazón, sentir tu calor corporal, tu respiración e identificar tu voz, que se encuentra en un ambiente seguro y de confianza.