Cómo ayudar a una buena salud mental de tu bebé


Mucho se habla de los progresos a nivel evolutivo de los bebés, pero poco se habla de los aspectos emocionales. Se advierte sobre el futuro, para que no se vuelvan unos tiranos, sobre comportamiento, pero poco se habla de cómo fomentar una buena autoestima ya desde bebés que le permita hacer frente a las experiencias que vaya teniendo en la vida.

¿Qué necesitan los bebés para desarrollar un buen estado psicológico? Que se les mire de manera amorosa, sentirse válidos y valorados.

Los bebés nacen con unas estructuras tanto cerebrales como fisiológicas que se irán desarrollando para prepararse para la vida adulta. Dichas estructuras serán especialmente las que tengan que ver con la empatía, la conducta social, el afrontamiento al estrés, el sentir placer. La genética del bebé se activará mediante la experiencia. Esta experiencia la proporcionan sus cuidadores, principalmente, la madre.

Una mirada con una sonrisa da lugar a la liberación de sustancias bioquímicas que ayudan al crecimiento de neuronas en zonas del cerebro responsables de la empatía y la respuesta al estrés.
La experiencia que genera más estrés en el bebé es la separación de la madre. Si la madre no responde de forma inmediata a sus demandas, ya sea de lactancia, de calidez o de seguridad, puede crear un gran estrés, y esto, si se da de forma repetitiva a lo largo del tiempo, puede causar grandes perjuicios. El bebé aprenderá que el mundo no es un lugar seguro, pudiendo empezar a desarrollar inseguridad y desconfianza en los otros en años venideros.

Cuando se es receptivo a sus necesidades (y aquí se incluyen las emocionales), cuando las atendemos, le estamos comunicando que son importantes, que ella o él son importantes, les ayuda a sentirse valorados y válidos.
En este punto tiene mucha importancia el contacto físico con los bebés. La regulación emocional es sensorial. Por tanto, cogerle, abrazarle, cantarle, hablarle suavemente, mirarle, acariciarle serán las herramientas de cualquier madre.

Para ayudarle a regularse es muy importante que la madre se sienta bien en términos generales, que esté calmada, atenta, serena, o, al menos, que ante las nuevas situaciones y pormenores de la vida, sepa ella misma regularse y obtener apoyo.

Cuando nacen los bebés humanos no están preparados para vivir por sí mismos. Se dice que hay un tiempo de desarrollo fuera del útero de otros 9 meses. La dependencia del bebé humano facilita un vínculo social entre madre y bebé, situación que ayuda a la génesis de conexiones cerebrales. De esta manera, la naturaleza se ha asegurado el desarrollo óptimo de sus crías humanas.

Para una madre de nuestra sociedad es agotador, ya que la crianza supone atención las 24 horas del día, por ello se hace notable la necesidad de tener apoyos: de la familia, de otras madres, de la sociedad.

La pregunta que viene ahora es: ¿y qué pasa si dejo a mi bebé al cargo de otra persona o en la guardería?

En los estudios con niños en guardería se ha visto que lo realmente importante son las cualidades personales de la educadora, que sea receptiva a las necesidades del niño o la niña, a sus sentimientos, que le dé protección emocional y le ayude a regular sus sentimientos. Ya que es una sustituta de la madre, tendría que imitar lo que cualquier madre haría.

Bibliografía recomendada: El Amor Maternal, de Sue Gerhardt. Ed. Albesa.

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