El cólico del lactante es un problema muy frecuente ya que puede afectar al 30% de los lactantes pequeños. Se suele iniciar sobre el mes de vida y desaparece de forma espontánea sobre los 3 meses, pudiendo aparecer antes y desaparecer unas semanas más tarde de las apuntadas.
¿Qué es el cólico vespertino?
Syda Productions
Se denomina también cólico vespertino pues suele presentarse a última hora de la tarde y desaparecer a primeras horas de la madrugada. No es una enfermedad, es un problema transitorio que se da en niños sanos con buena tolerancia oral y curva de peso ascendente, caracterizándose por cuadros de dolor abdominal agudos que aparecen de forma brusca a las horas antes indicadas, que no revisten gravedad, siendo de causa desconocida por lo que no existe ningún tratamiento eficaz para evitarlo.
Vuestro pediatra antes de llegar al diagnóstico de cólico el lactante descartará otras causas que puedan asemejar dicho cuadro, fundamentalmente problemas de infecciones de orina que pueden debutar con dichos síntomas y en segundo lugar alergias o intolerancias a la leche de vaca, de ahí entre otras múltiples razones la recomendación de dar leche materna a nuestros hijos. En el primer caso un cultivo de orina puede ser suficiente para diagnosticar la infección de las vías urinarias y la administración del antibiótico de elección según sensibilidad del antibiograma. Por otro lado, la intolerancia a la leche puede ser debida a las proteínas de la misma por lo que estaría indicado dar una leche de soja o un hidrolizado de proteínas y si se debe a la lactosa el remedio es dar una leche exenta de dicho hidrato de carbono. En ambos casos este será el tratamiento adecuado y con ello los síntomas desaparecerán.
Cuando estemos seguros que lo que tiene nuestro niño es un cólico, el tratamiento como he dicho antes al ser de causa desconocida no existe, algunos niños mejoran con alguna medicación antiespasmódica, no exenta de efectos secundarios como puede ser el consecuente estreñimiento al disminuir la motilidad intestinal por lo que muchas veces “es peor el remedio que la enfermedad”. De todos modos existen unos trucos que pueden mejorar o disminuir el problema, así es recomendable el colocar al bebé boca abajo sobre vuestros muslos durante la fase aguda, balancearlo suavemente intentando calmarle mediante la voz o la música y evitar darle muchos líquidos ya que al ofrecerle el biberón anticólico lo cogerá con avidez pero no es por hambre, es que el hecho de succionar “le calma” pero esta calma es momentánea y a la larga empeorará el cuadro. Si el pediatra te lo permite también puedes darle manzanilla al bebé, que la ayudará a calmar este tipo de molestias.
En los últimos años se ha dado mucha importancia al masaje del bebé y ahí podría estar el tratamiento más eficaz para paliar dicho problema, se recomienda hacer un movimiento de derecha a izquierda a través del marco cólico. Podéis encontrar toda la información y forma de realizarlo en el DVD “Bienvenido a la vida: Manual de Instrucciones para padres primerizos”.
Los padres deben de saber que este problema es transitorio y aunque mientras lo sufre su hijo es motivo de preocupación para ellos deben de estar tranquilos ya que desaparecerá a las pocas semanas de vida sin precisar ningún tipo de tratamiento.
Fuente: WATERSON, Dr. A.J.R. (2015). La Biblia del cuidado de tu hijo. (Ana Guelbenzu de San Eustaquio; Pilar Alba Navarro; trad.). Barcelona, España: editorial Grijalbo. Edición actualizada. (Obra original publicada en 2009 en el Reino Unido por Carroll & Brown).
