Las enfermedades de transmisión sexual antes, durante y después del embarazo ocasionan serios daños en la gestante y en el bebé cuando no son tratadas a tiempo.
En realidad las consecuencias para las mujeres embarazadas como para quienes no lo están suelen ser las mismas, aunque en el embarazo el futuro bebé resulte aún más perjudicado.
Daños para el feto
- El bebé es extraído sin vida
- El bebé está por debajo del peso normal
- Es propenso a desarrollar las siguientes enfermedades: hepatitis aguda, neumonía, ceguera, sordera, meningitis, cirrosis, meningitis y daño neurológico.
- Problemas en los huesos y en el cerebro
Por otro lado, la madre le contagia a su hijo enfermedades como la sífilis, la gonorrea o el VIH través de la placenta, en este último caso llega a transmitirse al bebé a través de la lactancia.
La hepatitis B y el herpes genital también se transmiten hacía el bebé al momento del parto
Daños en la madre
- Parto prematuro por la ruptura de membranas e infección uterina
- Cáncer uterino u otra clase de cáncer
- Hepatitis crónica
- Enfermedades inflamatorias en la pelvis
- Infertilidad debido al mal funcionamiento del órgano reproductivo: inflamación en las trompas de Falopio (evita la unión entre óvulo y espermatozoide) e hinchazón en el cuello del útero.