Sin duda alguna, un buen control médico prenatal y la formación e información adecuada, a través de las clases de preparación al parto, tienen tanta influencia en el desarrollo del mismo como los aspectos puramente fisiológicos.
Las visitas regulares al ginecólogo y la realización de exploraciones físicas, pruebas diagnósticas... no sólo garantizan el adecuado control de tu salud y la de tu hijo durante el embarazo, también reducen significativamente las complicaciones del parto. Sólo un ejemplo: si se previene o trata adecuadamente la diabetes gestacional, es más que posible que el bebé nazca a término y de forma natural; si no se hace así, el riesgo de parto prematuro y cesárea aumenta considerablemente.
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