Fuera de cuentas… ¿y ahora qué?

El portal Bebeguia ha publicado un artículo que trata una situación a la que se enfrentan muchas mujeres embarazadas: qué hacer si han salido de cuentas y el momento de dar a luz no llega. Al tratarse de un caso relativamente frecuente, resulta interesante aproximarnos al tema y saber qué pasará a continuación.

Has sobrepasado la fecha prevista de parto que tu ginecólogo te dio. ¿Qué debes hacer ahora? ¿Hay fórmulas que te ayuden a ponerte de parto? ¿Te provocarán el parto?

Sólo un 1% de los bebés nacen en la fecha prevista de parto. La mayoría de las mujeres se ponen de parto natural entre la semana 37 y la 42, pero si tu bebé parece reacio a salir pasada la semana 41, es probable que el ginecólogo o la matrona discutan contigo la posibilidad de inducirte el parto.

Cuando haya pasado la fecha prevista de parto, el bebé y tú seréis controlados de cerca. El latido del bebé será monitorizado o quizás te pongan un gotero, aunque podrás moverte tan libremente como quieras. Consulta con el ginecólogo si se te aplicará algún método de inducción y en qué consistirá éste. Si no has roto aguas, quizás te practiquen un barrido de membranas para iniciarlo. El ginecólogo o la matrona introducirá un dedo y realizará un movimiento de barrido circular para separar la membrana de la cérvix. A algunas mujeres este procedimiento les produce molestias y a veces se sangra, pero no daña al bebé. Un barrido de membrana aumenta las probabilidades de que el parto se inicie de forma natural a las 48 horas.


Si has roto aguas, es probable que te administren prostaglandinas, fármacos que ayudan al útero a flexibilizarse y encogerse, permitiendo que la cérvix se abra y las contracciones se inicien. Quizás necesites más de una dosis, administrada cada seis u ocho horas. En ocasiones las prostaglandinas pueden hacer que el útero se contraiga demasiado, lo que podría afectar al latido de bebé. Si esto ocurre te administrarán fármacos para relajar el útero. También podrían administrarte otro fármaco, la oxitocina, en vez de prostaglandinas. Se administra a través de un gotero, de forma que tu capacidad de movimiento se verá limitada. Cuando se hayan iniciado las contracciones, el gotero puede ajustarse para que éstas sean regulares.

No existen pruebas de que el parto así inducido sea más doloroso que un parto que se inicia de forma natural, pero algunas mujeres experimentan irritación y sequedad vaginal.

 

Visto en Bebeguia.net

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