Si el embrión del bebé evanescente se desprende del útero durante el primer trimestre de embarazo, no existirán efectos negativos sobre el otro bebé y tampoco sobre la madre.
El problema se sucita cuando el embarazo avanza y el embrión desaparece en el segundo trimestre de gestaciión. En estos casos, es posible que la mujer sufra de hemorragias o infecciones, o sea intervenida antes de los 9 meses, para evitar mayores complicaciones en el parto.
Además, la pérdida de uno de los gemelos puede originar que el bebé sobreviviente nazca con retraso mental o parálisis cerebral, pero no en todos los casos.