Los sueños aparentemente inocentes demuestran no serlo en cuanto nos preocupamos de interpretarlos. Son lobos con piel de cordero. (Sigmund Freud)
Según Freud, el sueño es la satisfacción de un deseo; los antiguos griegos decían que el sueño lo envían los Dioses, Platón pensaba que el sueño es una manera de conocer, los latinos consideraban los sueños un auxilio para la vida, un consejo y un alivio contra lo que tememos o para lo que esperamos; mientras que, según muchos investigadores, soñar no significa nada más que proteger el hecho de que dormimos.
Las emociones y las sensaciones que experimentamos a lo largo de la noche, las impresiones que el sueño determina tienen mucho sentido, por lo tanto la interpretación de dichos sueños es esencial para el soñador.
Freud fue el primero en acercarse al tema de la interpretación de los sueños, pero con un enfoque sólo de tipo sexual y por lo tanto bastante restrictivo ya que excluía de su análisis cualquier otro tipo de sentido. Otro estudioso de reputación mundial que se dedicó a la interpretación de los sueños fue Carl Gustav Jung, que utilizó un método bastante parecido al de Freud, pero no tan restrictivo, fundado en la asociación libre de ideas.
Abandonando los sueños comunes, todos los demás generalmente se relacionan con la vida cotidiana del soñador, con sus relaciones psicológicas, preocupaciones, sentimientos y mucho más. A veces el sueño es una relectura atenta de un particular acontecimiento y su interpretación determina un mejoramiento de nuestra vida interior.
