La lactancia artificial

La lactancia materna es la mejor opción de alimentación para tu hijo, pero si a pesar de sus múltiples ventajas, os decidís por la lactancia artificial, debéis saber que existe una gran oferta de fórmulas infantiles, todas ellas adaptadas a partir de leche de vaca modificada. El pediatra os recomendará la más adecuada para vuestro hijo.

En la maternidad del hospital os darán la primera toma de leche sobre las 6 horas de vida y seguirán alimentando al bebé con los biberones cada 3 horas, con una pausa nocturna de 6 horas, salvo recomendación en contra del pediatra, normalmente por problemas de prematuridad, bajo peso al nacimiento o hipoglucemias precoces. Una vez en casa debéis ofrecerle la leche cada 3-4 horas, intentando una pausa nocturna de 6, pero si por la noche os pide no dudéis en dásela también, ya que no tiene ningún sentido que permanezcáis todos despiertos por un problema tan fácil de solucionar como es el dar un biberón a vuestro hijo.

Conforme vuestro hijo vaya aumentando de peso, el pediatra os indicará el volumen de las tomas. Por lo general en la maternidad se comienza por 30 mililitros, y se aumenta paulatinamente según la demanda del niño.

Como sabéis, en el hospital os pasarán biberones monodosis ya preparados que una vez utilizados se tiran. Pero en casa llega la hora de la verdad y tendréis que prepararlos vosotros mismos. A continuación os damos una serie de consejos para hacerlo bien. En primer lugar es fundamental lavarse bien las manos con agua y jabón antes de iniciar la preparación del biberón. Si utilizáis agua mineral, sabed que no es necesario hervirla, es suficiente el calentarla en el calienta biberones o al baño de María pero si utilizáis agua del grifo, esta sí que debe de hervirse durante 1 minuto, esto será suficiente para ofrecernos las garantías necesarias para su utilización. No utilizar el microondas para calentar el agua y recordar que la concentración en la mayoría de las leches es de un cacito raso por cada 30 ml de agua, aumentando la dosis según recomendación de vuestro pediatra. Agitar bien la mezcla y comprobar la temperatura antes de dársela.


Una vez el biberón esté preparado, el padre o la madre debe colocarse en una posición cómoda y el niño un poco levantado, procurando que la tetina esté siempre llena de leche para evitar que trague aire.

Una vez terminada la toma, incorporar al bebé para que eructe. Si no lo conseguís, no os preocupéis. Esperad unos 15 minutos, cambiadle el pañal y acostadle boca arriba con la cabeza ladeada.

Desechad la leche que sobre y limpiad el biberón y la tetina. Existen diversos métodos de esterilización, pero si los laváis bien con agua y jabón será suficiente.

En el mercado existen múltiples tipos de leches para el bebé, las normales se denominan adaptadas y pueden ser tipo 1 para los primeros cuatro meses de vida y tipo 2 hasta los dos años. Además existen leches anti cólico, anti reflujo, anti estreñimiento, sin lactosa, de soja, hidrolizado de proteínas, etc,. Por favor no cambies por vuestra cuenta la fórmula que le ofrecéis al niño y utilizar siempre la misma marca para evitar problemas de tolerancia. Sólo vuestro pediatra es la persona indicada para cambiárosla.

La correcta alimentación de vuestro hijo es esencial para su crecimiento. Si tenéis alguna duda no dudéis en consultar a vuestro pediatra.

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