La preocupación de los padres por el desarrollo de sus hijos


El crecimiento y el desarrollo, el cambio y la progresión constantes, tanto en sus características físicas como en las habilidades y en las aptitudes psíquicas, son las características fundamentales que diferencian a los niños de los adultos. El adulto, por definición, ha dejado de crecer físicamente mientras que el niño va aumentando de manera continuada, aunque a veces muy lentamente, en peso y en talla hasta el final de la adolescencia.

Al mismo tiempo que crecen, los bebés y los niños van madurando todos sus órganos y aparatos: el intestino para digerir cada vez mejor, los músculos para tener cada vez más fuerza, la coordinación muscular para efectuar cada vez movimientos más finos. También se perfeccionan los sentidos, como el de la vista o el oído. Y todavía más importante, crece y madura lentamente el cerebro y todas sus funciones: el conocimiento, la inteligencia, la capacidad de aprender, la capacidad de hablar o lenguaje, las emociones, y así un largo etc.
Todo este conjunto de avance, de progresión, se denomina desarrollo psicomotor, que significa la adquisición progresiva por parte de los bebés y de los niño de cada vez más habilidades, tanto físicas como psíquicas, emocionales y de relación con los demás.

El desarrollo psicomotor de sus hijos lo viven los padres con igual o con todavía más interés que su crecimiento físico. Pero el día a día de la lenta, pero segura, progresión del bebé y del niño, tanto en sus movimientos, en el lenguaje o en el psiquismo, además de una alegría y de una satisfacción puede ser una fuente de preocupación e incluso de alarma: ¿a esta edad, no debería poder hacer esto o aquello?, ¿no va algo atrasado en hablar?, ¿debería andar ya?, ¿todavía se hace pis? ...

Todos los seres humanos son diferentes unos de otros, tienen peculiaridades propias que los hacen únicos. También los niños tienen cada uno un ritmo diferente en la adquisición de los “hitos” o escalones en su desarrollo motor o psíquico.
Es frecuente que las madres comparen a sus bebés y niños con otros, bien sean los de familiares o amigas, o incluso con los de las vecinas. ¡El bebé de Laura ya dice “ma-má” !, o bien, ¡ya se ha soltado a andar!, y el mío ¡todavía no! Sin embargo en la inmensa mayoría de ocasiones ¡no hay que preocuparse! porque la variación de la “normalidad” es muy amplia y depende de muchos factores, algunos propios de determinados niños.

Sin embargo existe una cronología del desarrollo, un patrón común que siguen la mayoría de niños. Este patrón “normal” es el que hemos descrito, paso a paso, en nuestro libro El desarrollo psicomotor. Desde la infancia hasta la adolescencia editado por Narcea ediciones. Allí encontrarán los padres y las madres una guía sencilla, escrita de manera comprensible para todos, de la progresión normal de bebés y niños en su desarrollo psicomotor, explicando las variaciones normales y los “retrasos” de los que no hay que preocuparse.
En la primera parte se describen como se comportan y qué habilidades tienen los bebés y los niños a cada edad, desde el recién nacido, el primer año de vida mes a mes, y también en los años posteriores hasta la adolescencia. En la segunda parte se describe la maduración progresiva y a qué edad se adquieren funciones específicas como el control de los esfínteres, la lectura y la escritura, el sueño y la conducta.

Hay que tener en cuenta que una desviación muy notable, exagerada, de la edad a la que se adquiere un hito significativo del desarrollo, bien sea una habilidad física como comenzar a andar solo o psíquica como el lenguaje, puede significar que el niño tiene algún problema o trastorno que conviene investigar por si constituye un hecho anormal y se puede solucionar.

© 2008 - 2024 () elembarazo.net. Todos los derechos reservados.

o

Inicia Sesión con tu Usuario y Contraseña

o    

¿Olvidó sus datos?

o

Create Account