Enumerar las molestias que sientes durante la gestación puede resultar un poco difícil, porque son muchas y varían entre cada mujer. En tu estado los mareos pueden ser habituales, aprende a reconocer los síntomas de alarma relacionados con los mareos durante el embarazo. La dificultad al respirar, la frecuencia constante de mareos o las alteraciones de la visión pueden ser algunos de estos signos.
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¿Porque suceden los mareos durante el embarazo?
Las hormonas que circulan en la sangre de las embarazadas son las responsables de todos los cambios de su cuerpo. Una de las primeras cosas que ocurre es la dilatación de todas las arterias para poder llevar mayor riego de sangre al bebé y como consecuencia los mareos pueden aparecer en el embarazo y ser una molestia más.
La vasodilatación provoca una disminución de la tensión arterial que es mucho más marcada en las primeras 20 semanas. del embarazo.
El cerebro estaba acostumbrado a una tensión arterial normal o incluso alta y a cierto volumen sanguíneo. Al disminuir los valores de tensión arterial, y por ende, el volumen de sangre al cerebro ocurre por efecto reflejo el mareo. Pero, conforme pase el tiempo el órgano se adapta a las nuevas presiones. Con esto es fácil entender porque los mareos son más frecuentes en los tres primeros meses de gestación y mejoran con el tiempo. Y también porque son más severos o frecuentes en las pacientes hipertensas.
Conforme crece el bebé y el útero es posible que se comprima un poco la vena cava inferior. Esto provoca un cambio en la circulación de la sangre hacia los miembros inferiores (por debajo de la obstrucción) y disminución del riego sanguíneo al cerebro. Es decir, esta es otra forma por medio de la cual ocurren los mareos.
Mareos durante el embarazo: síntomas de alarma asociados
El mareo es un problema bastante habitual en la embarazada y frecuentemente inocuo. Sin embargo, es importante estar atento a cualquier signo de alarma que pudiera acompañar al mareo:
- Alta frecuencia de mareos en un día, no asociados a efecto postural.
- Dificultad para respirar.
- Aparición de alteraciones en la sensibilidad de algún miembro o alguna parte de la cara.
- Sangrado pequeño o hemorragias.
- Pérdida del conocimiento.
- Movimientos musculares anormales o convulsiones.
- Alteraciones en la visión u otro sentido que persisten luego del episodio de mareo.
- En los primeros meses de embarazo, los mareos acompañados de dolor abdominal pueden indicar la existencia de un embarazo extrauterino. En ese caso, acude inmediatamente a tu médico.
Si llegaras a presentar cualquiera de estos síntomas es imperativo visitar al especialista. En estos casos, es posible que el mareo sea una manifestación de una afección más grave, y que no suceda solo por los cambios fisiológicos.
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¿Qué hacer en caso de sufrir un mareo?
Si te has mareado o sientes mareos repentinos en el embarazo procura sentarte y coloca tus pies en alto por algunos minutos. También es útil recostarte sobre tu lado izquierdo para permitir que la sangre fluya hasta el cerebro. Y si notas algún síntoma peligroso, como los que mencionamos, acude de inmediato con tu obstetra.
¿Cómo evitar los mareos durante el embarazo?
Cuando se conoce con exactitud por qué y cómo suceden estos mareos es sencillo identificar las medidas preventivas. Con tan solo cambiar unos pocos hábitos evitarás los mareos o desmayos:
- Evita los movimientos bruscos: el sistema cardiovascular está cambiando y le cuesta adaptarse de forma rápida. Por eso, los movimientos bruscos de posición inducen el mareo.
- Ingiere suficiente agua y realiza las cinco comidas diarias: la deshidratación en el embarazo es una mala compañera para esta condición. Mientras menos volumen de sangre tengas más frecuentes serán los mareos, el tomar agua durante todo el día es de gran ayuda. Incluye en tu menú de embarazada los alimentos que combaten los mareos en el embarazo y así te sentirás mejor.
- Evita los lugares muy calientes: el calor provoca mayor vasodilatación y una caída de la presión arterial. Mientras menos caluroso sea el ambiente mucho mejor.
- Acuéstate de lado: al recostarte sobre tu lado izquierdo se evita la compresión de la vena cava inferior por el peso del bebé y son menos comunes los mareos.
- No estés de pie por largas jornadas: al estar inmóvil, de pie, la sangre se mantiene en los miembros inferiores y no llega con la misma presión hacia el cerebro. Procura hacer cambios de posición y sentarte cada cierto tiempo.
