El volumen sanguíneo del organismo aumenta durante la gestación para satisfacer las necesidades de crecimiento y nutrición del bebé, por lo que es posible que se produzcan taquicardias o palpitaciones durante el embarazo. A causa de este incremento del flujo sanguíneo, puedes sentir que el corazón va a mil por hora o la sensación de que se va a salir del pecho, especialmente después de hacer algún esfuerzo o estando tumbada boca arriba. No te preocupes. Es normal sentir palpitaciones a partir del primer trimestre de embarazo, aunque estas molestias pueden intensificarse durante el segundo trimestre.
Cuando aparecen las palpitaciones, es recomendable relajarse y respirar hondo hasta que pasen. Sin embargo, deberás consultar con el médico para que valore si están dentro de la normalidad o es preciso realizarte alguna prueba complementaria para descartar problemas más graves.
Posibles causas de la Taquicardia en el embarazo
Es normal sentir palpitaciones durante el embarazo. La causa principal de la taquicardia o las palpitaciones en el embarazo es el aumento del volumen sanguíneo del organismo para satisfacer las necesidades de crecimiento y nutrición del bebé.
Advertencia
La taquicardia puede ir acompañada de otras molestias típicas como dolores de cabeza, edemas, cansancio generalizado, etc. Acude al médico si las palpitaciones no cesan para que te realicen las pruebas necesarias para valorar que tu pulso cardíaco está dentro de la normalidad.
Tratamientos para afrontar la Taquicardia
No existe un
tratamiendo médico para la taquicardia específico para embarazadas. Si el médico te diagnostica una
taquicardia grave, probablemente te realizará unas
pruebas determinadas para valorar el estado de tu pulso cardíaco.
afrontar la Taquicardia de forma natural
Remedios para afrontar la Taquicardia en el embarazo
Cuando aparecen las palpitaciones o la taquicardia, es recomendable relajarse y respirar hondo hasta que pasen. Si quieres prevenir la aparición de las palpitaciones durante tu embarazo, intenta controlar tu peso, hacer ejercicio moderado, practicar técnicas de relajación (como yoga o taichí), dormir de lado (no boca arriba), cuidar la alimentación y llevar una vida tranquila y relajada, tanto durante como después de la gestación.