Normalmente una mujer da a luz en la semana 40, hacerlo antes de la 37 es considerado un parto prematuro. Es difícil saber que lo origina con exactitud, sin embargo, padecer de presión alta, o tener una enfermedad crónica son considerados como factores de riesgo para que esto ocurra.
Las infecciones vaginales no tratadas adecuadamente durante el embarazo, presentar placenta previa o un embarazo múltiple (mellizos, trillizos o más bebés) pueden colocar a la madre ante un posible parto prematuro.
Un bebé nacido antes de tiempo no tiene sus órganos bien desarrollados y por lo tanto es vulnerable a diversas enfermedades, durante su infancia o quizá en su vida adulta. Sé muy precavida, los siguientes síntomas pueden ser una voz de alerta:
- Contracciones uterinas (5 o más durante una hora), calambres similares a los menstruales, presión en la pelvis, problemas digestivos, dolor en la espalda o flujo vaginal (sangre, moco y agua).
Si presentas estas molestias consúltalo con tu médico para que te haga los exámenes necesarios y descarte cualquier otra complicación. Recuerda cuán importante es cuidar tu salud realizando tareas que no sean muy pesadas y/o demanden estar mucho tiempo parada.
De ser conveniente deberás permanecer en cama por algunos días o ser hospitalizada para que los especialistas se anticipen a un parto prematuro, con ayuda de algunos medicamentos que desaceleran las contracciones o traten infecciones, según cada paciente.