Un estudio realizado en Canadá y publicado en la revista Epidemiology, perteneciente a la International Society for Environmental Epidemiology, determinó que una exposición máxima durante el embarazo a los campos magnéticos que generan los aparatos eléctricos puede duplicar las posibilidades de dar a luz a niños que desarrollen leucemia.
Aunque el estudio no es concluyente, la investigación descubre nuevas evidencias de que existe una relación directa entre la exposición a los campos magnéticos en el trabajo durante el embarazo y la aparición de la leucemia linfoblástica aguda, que es la forma más frecuente de leucemia infantil.
El estudio siguió a las familias de todos los niños con diagnóstico de leucemia de Montreal entre 1991 y 1993, y de igual modo estudió a un grupo de padres de niños no leucémicos. Las investigaciones versaron sobre todo sobre la actividad laboral de las madres a partir de los 18 años, así como sobre las condiciones de trabajo durante el embarazo y durante un periodo antes de quedar embarazadas.
La investigación estableció que todos los fetos de madres expuestas a niveles elevados de campos magnéticos corren riesgo de contraer leucemia, particularmente si las exposiciones son acumulativas y máximas. Los autores de la investigación destacaron que sus conclusiones no son definitivas y que deben ser refrendadas por otros trabajos antes de que pueda establecerse una relación directa de causa-efecto entre las radiaciones magnéticas durante el embarazo y la leucemia infantil.