Una de las preguntas más frecuentes sobre la alimentación durante el embarazo es si el ajo es abortivo. Lo cierto es que no, el ajo no produce abortos, siempre y cuando se consuma de forma moderada y con las cantidades diarias recomendadas. De hecho, varios estudios han demostrado que el comer ajo durante el embarazo ayuda a prevenir las temidas varices, la hipertensión, la diabetes, el colesterol o las infecciones por hongos. Además, si se consume unas semanas después del parto, favorece la cicatrización de la cesárea o la episiotomía, previene las trombosis, reduce los niveles de azúcar en sangre y previene los desgarros perineales o las lesiones en los pezones.

No deberías consumir grandes cantidades de ajo durante el embarazo que sobrepasen la cantidad normal que puedes consumir en tu dieta diaria. Si se abusa del consumo de ajo, puede producirse dermatitis, acidez estomacal, aumento de flatulencias e, incluso, vómitos y diarrea.

Recuerda que debes consultar con tu médico cualquier duda que tengas sobre la dieta recomendada durante el embarazo y preguntarle si puedes o no comer determinados alimentos.