Los vuelos durante el embarazo no son incompatibles, no, tampoco los vuelos internacionales o de largo recorrido. Entre el primer trimestre del embarazo y el segundo, a no ser que tu médico te recomiende no viajar por algún tipo de complicación, podrás tomar un vuelo sin problema alguno. A partir de la semana 32, es posible que las aerolíneas exijan un certificado médico que confirme la fase del embarazo y la aptitud para volar. A partir de la semana 36, casi ninguna compañía se arriesgaría a dejar subir a una embarazada por miedo a partos prematuros. La pregunta es si este tipo de normas se cumplen también con los vuelos internacionales, y sí, así es, pero con matices.

¿Son compatabiles el embarazo y los vuelos largos?

Los vuelos internacionales suelen ser vuelos bastante más largos que los nacionales. Así, al estar más tiempo en el aire, los riesgos son mayores para una embarazada. En estos casos, además de un certificado médico a partir de la semana 32, muchas compañías piden un examen del ginecólogo con un plazo máximo de 72 horas antes de viajar. De esta forma pueden cerciorarse del bienestar de la viajera y de que se cumplen los requisitos para viajar embarazada en el avión y que cumples la normativa

Además, en estos vuelos de largo recorrido las mujeres embarazadas pueden intentar llevar una serie de rutinas, para favorecer su seguridad y la del bebé. Por ejemplo, deben usar prenda holgada, así como medias de compresión para promover el flujo de la sangre desde los tobillos hasta el corazón y pulmones. Es necesario si viajamos embarazadas que intentemos cruzar lo menos posible las piernas durante el vuelo de largo recorrido.

Las recomendaciones sobre el embarazo y los vuelos internacionales, también hacen hincapié en la correcta hibridación. Los vuelos pueden causar deshidratación y que la sangre se espese. Asimismo, también se recomienda que la embarazada ande cada cierto tiempo y estire las piernas moviendo también los dedos de los pies.