La caída del cabello, de manera más o menos contundente, es uno de los efectos secundarios asociados al embarazo y el posparto. Los motivos que causan este fenómeno van desde el estrés a una alimentación inadecuada, pasando también por los cambios hormonales a los que se enfrenta la futura mamá.

Por suerte, esta pérdida de cabello suele ser temporal. Sin embargo, es esencial saber por qué se debilita el cabello durante la etapa de gestación y en el posparto.

Pérdida de pelo en el embarazo: ¿Por qué se debilita el cabello?

La pérdida de pelo en la etapa de gestación es especialmente visible durante el primer trimestre, principalmente por motivos hormonales. A medida que avanza el embarazo, la salud del cabello se va recuperando.

Sin embargo, durante los primeros meses, la progesterona hace que el pelo se debilite, tenga menos brillo y se caiga con facilidad. En este periodo, la pérdida de cabello se relaciona directamente con las náuseas y los vómitos. A medida que avanza el embarazo, las propios hormonas, especialmente los estrógenos, consiguen retardar esa caída del pelo.

Y es en el tercer trimestre cuando los niveles de estriol (un tipo de estrógeno) aumentan, lo que lleva a una importante mejoría capilar. A todo esto hay que sumar otros factores peligrosos, como una alimentación inadecuada o los altos niveles de estrés, que se pueden sufrir tanto en el embarazo como en la etapa posparto.

¿Qué ocurre tras dar a luz?

Los primeros meses tras dar a luz un bebé son los más complicados. El descenso en la segregación de hormonas acaban induciendo a un aumento de la caída del pelo. Este proceso se hace especialmente eficaz en el segundo mes después del parto. Se asocia al déficit de algunos oligoelementos y micronutrientes, que se suman a la disminución en los niveles de progesterona. A su vez, el estrés, con el aumento del cortisol, también juega un papel importante durante estas semanas.

El proceso descrito se denomina efluvio telógeno. Concretamente, son las situaciones que alteran el ciclo de crecimiento del pelo y se produce una caída llamativa del mismo en un periodo de tiempo muy corto. Sin embargo, es algo temporal.

Los efluvios también pueden ser causados por otras experiencias más allá del parto. Como, por ejemplo, las cirugías, el estrés, eventos traumáticos o simplemente déficits vitamínicos.

¿Cómo recuperar la salud del cabello tras el embarazo y el parto?

Para muchas madres, la caída del cabello tras dar a luz es una situación muy difícil. El aspecto positivo de esta situación es que es reversible. Desde Clínicas IMD, que son especialistas en salud del cabello, recomiendan acudir a una consulta profesional en caso de que la situación se agrave. De este modo, se podrá encontrar el tratamiento capilar más adecuado. Una visita a tiempo a un centro especializado ayudará a acelerar la recuperación y el crecimiento del pelo.

Cuidar la alimentación

No obstante, las principales recomendaciones son cuidar la alimentación y controlar los niveles de hierro. La alopecia por falta de hierro es más frecuente en mujeres que hombres y esto se debe a los cambios hormonales que conlleva el embarazo y el parto.

Respecto a la alimentación, el gran problema son los regímenes hipocalóricos que siguen muchas mamás tras dar a luz para perder el peso ganado durante la etapa de gestación. Sin embargo, lo más adecuado es ponerse en manos de un especialista en nutrición que establezca una dieta adecuada para recuperar la línea.

Los alimentos que se aconsejan son el arroz integral, el pescado, la yema de huevo, los lácteos, las semillas de sésamo, las carnes de cerdo y ave, así como los frutos secos. Todos ellos son ricos en biotina, metionina, arginina, cistina, vitamina B6, vitamina E, zinc, hierro, calcio y yodo.

Tratamientos de bioestimulación capilar

Una última solución es recurrir a tratamientos de bioestimulación capilar. Se suelen inician de manera preventiva para reforzar la salud de los folículos capilares y proporcionan una recuperación más rápida. Algunos de esos cuidados son el láser capilar de baja potencia o la carboxiterapia.