Muchas madres primerizas se sorprenden al observar la apariencia que su pequeño bebé muestra durante sus primeras horas de vida. Ni la forma de su cabeza,  o el enrojecimiento de sus ojitos deben causarte alarma. Un bebé saludable presenta ciertas características normales que deseamos compartir contigo.

 

La  cabecita del bebé es grande, a veces deforme debido a la presión sufrida en el parto. Los huesos de su cráneo aún no se han desarrollado por completo pero conforme transcurra el tiempo, el crecimiento de su cerebro cubrirá  la parte blanda del centro de su cabecita.

Su piel es junto al color de sus ojos lo que más llama la atención a  las madres.  Al nacer están envueltos en una especie de capa viscosa llamada vermix, elemental para su salida por el canal del parto, para retirarla solo se requiere de agua.

Es usual que nazcan con una piel amarillenta (ictericia), todos o la mayoría de bebés la presentan cuando nacen, también manchas rojas oscuras en los párpados,  nariz o cuello son naturales y desaparecen en el primer mes de vida.

Una reacción inusual en tu bebé que puede asustarte se da cuando tu niña sangra a través de la vagina o al ser notoria una hinchazón en sus pechos, incluso en los de tu bebé varón. En ocasiones salen algunas gotas de leche al nacer. Estas ocurrencias son perfectamente normales dentro en los meses iniciales, de cualquier forma sería oportuno llevar a consulta todas tus dudas.