Si estamos pensando en quedarnos embarazadas, debemos saber que, la forma del útero tiene especial influencia en el estado de gestación. Este órgano femenino es el que va a formar parte del crecimiento del embrión y si presenta malformaciones puede alterar el crecimiento del bebé y producir fallos de implantación y abortos. Por ello, si creemos que tenemos anomalías uterinas o presentamos alguna, lo primero que tenemos que hacer es acudir a nuestro médico para que nos indique de primera mano los pasos a seguir para conseguir el embarazo.

¿Cómo afectan las malformaciones del útero en el embarazo?

Dependiendo del tipo de malformación uterina, así como de la evolución que tenga en el útero será más grave o no para la mujer. Para conocer cómo afectan al embarazo las anomalías uterinas debemos conocerlas a fondo y saber qué síntomas provocan con un diagnóstico completo a través de pruebas como la ecografía.

En este artículo vamos a explicar en qué consisten las malformaciones, como influyen a la hora de conseguir el embarazo y cuáles son las causas que derivan en este problema femenino.

Lo que tenemos que tener en cuenta es que ningún caso es igual a otro, pues podemos desarrollar un embarazo normal en sus nueves meses con un útero septo, y presentar problemas con uno en perfecto estado.

Clases de anomalías uterinas

Si ya sabes cómo funciona el aparato reproductor femenino, debes saber que generalmente existen 3 clasificaciones de anomalías uterinas más frecuentes entre las mujeres, las más conocidas y las más tratadas por los especialistas.

1. Útero bicorne: este primer tipo es frecuente y suele causarse por la unión de los dos conductos del útero solo por el extremo, donde se forma el cérvix. Cuando hablamos de útero bicorbe el cuerpo del útero se queda dividido en dos mitades y cada una de ellas forma un cuerno. En esta malformación se producen contracciones antes del parto, probablemente en los meses séptimo y octavo y ocurren también partos pretérmino.
2. Útero didelfo: la situación más compleja en las anomalías uterinas. Esta se produce cuando no hay unión de ningún tipo entre los conductos del útero. Por tanto, existen dos cuellos diferenciados que se comunican por su cuenta con las trompas de Falopio por su lado. A pesar de ello, se puede producir un embarazo en uno de estos espacios y llegar a desarrollarse sin problema.
3. Útero septo: Es la situación más normalizada, la unión del útero es casi perfecta pero dentro de la cavidad queda un tabique. También podemos encontrar otra variante llamada útero arcuato, donde se encuentra el fondo ligeramente arqueado, o conocido vulgarmente como útero en forma de corazón.

Causas y síntomas de las anomalías uterinas

Para saber cómo afecta al embarazo las malformaciones del útero, debemos conocer las causas y normalmente debe evaluarse la situación en concreto con el médico. Estas alteraciones pueden tener un origen genético o deberse a factores ambientales prenatales como infección intrauterina, tóxicos con efecto teratogénico como DES o exposición embrionaria a la radiación.

Estas malformaciones uterinas afectan aproximadamente a más de 5% de la población femenina y aumenta la cantidad en mujeres que se someten a tratamientos de reproducción asistida.

Por otro lado, en mujeres que han tenido abortos de repetición o infertilidad diagnosticada, la cifra se incrementa hasta un 24,5% del total de la población femenina analizada.

Muchas mujeres no presentan síntomas visibles y no es hasta que se le realiza una ecografía cuando se encuentra la anomalía. Aun así, los síntomas también varían según la mujer, así como el tipo de malformación y la severidad de la misma.

Así pues, como conclusión derivamos que su impacto en la fertilidad femenina dependerá del tipo de malformación uterina que haya y la gravedad que presente.