Ser madre primeriza te ha supuesto un proceso de aprendizaje muy valioso en el cuidado infantil. Si habéis decidido ir a por el segundo, la experiencia como padres vivida con el primero os ayudará en todos los aspectos, aunque no debes olvidar que la familia debe reorganizarse para crear un espacio adecuado apra el nuevo bebé.
Tener un segundo bebé supone un desafío que puede ser tanto o más gratificante que el primero. Cuidar de dos hijos puede imponer bastante al principio. Tu tiempo se verá limitado y tus energías se canalizarán hacia el cuidado de los niños. Para que estas nuevas tareas te resulten más fáciles, puedes seguir una serie de recomendaciones que maximizarán tu operatividad:
- Haz acopio de alimentos antes de la llegada del segundo hijo para poder dedicar más tiempo a la atención de los dos niños y al descanso necesario para haceros cargo correctamente de ellos. Cuando tu o tu compañero cocinéis, hacedlo en abundancia para poder congelar parte de la comida y tenerla a punto en los días que dispongáis de menos tiempo.
- Dividirse las tareas es fundamental para no dejar desatendido a ninguno de los bebés. Si tu primer bebé es lo suficientemente mayor (5 años), es interesante que antes de la llegada del segundo le ilustres sobre los cuidados del bebé, puesto que puede convertirse en un gran aliado para ayudaros con el segundo.
- Organizad el sistema de las coladas de manera que las ropas de los bebés estén siempre localizadas, puesto que estás parecerán multiplicarse con la entrada del segundo bebé.
- Separad todos los artículos que podáis reutilizar para el segundo hijo. Los artículos de segunda mano como cunas, cochecitos, sillitas... pueden ahorrate mucho tiempo y dinero.
- Tras el segundo nacimiento, pide a algún familiar o persona de confianza que permanezca contigo en casa para ayudarte en la creciente fatiga que sentirás en esos días.
No olvides que para que tus hijos estén bien es necesario que tu y tu pareja también lo estéis. Mímate un poco, date un baño relajante y reparador de vez en cuando y reserva un mínimo de tiempo para ti misma.
Ser madre primeriza te ha supuesto un proceso de aprendizaje muy valioso en el cuidado infantil. Si habéis decidido ir a por el segundo, la experiencia como padres vivida con el primero os ayudará en todos los aspectos, aunque no debes olvidar que la familia debe reorganizarse para crear un espacio adecuado apra el nuevo bebé.
Tener un segundo bebé supone un desafío que puede ser tanto o más gratificante que el primero. Cuidar de dos hijos puede imponer bastante al principio. Tu tiempo se verá limitado y tus energías se canalizarán hacia el cuidado de los niños. Para que estas nuevas tareas te resulten más fáciles, puedes seguir una serie de recomendaciones que maximizarán tu operatividad:
- Haz acopio de alimentos antes de la llegada del segundo hijo para poder dedicar más tiempo a la atención de los dos niños y al descanso necesario para haceros cargo correctamente de ellos. Cuando tu o tu compañero cocinéis, hacedlo en abundancia para poder congelar parte de la comida y tenerla a punto en los días que dispongáis de menos tiempo.
- Dividirse las tareas es fundamental para no dejar desatendido a ninguno de los bebés. Si tu primer bebé es lo suficientemente mayor (5 años), es interesante que antes de la llegada del segundo le ilustres sobre los cuidados del bebé, puesto que puede convertirse en un gran aliado para ayudaros con el segundo.
- Organizad el sistema de las coladas de manera que las ropas de los bebés estén siempre localizadas, puesto que estás parecerán multiplicarse con la entrada del segundo bebé.
- Separad todos los artículos que podáis reutilizar para el segundo hijo. Los artículos de segunda mano como cunas, cochecitos, sillitas... pueden ahorrate mucho tiempo y dinero.
- Tras el segundo nacimiento, pide a algún familiar o persona de confianza que permanezca contigo en casa para ayudarte en la creciente fatiga que sentirás en esos días.
No olvides que para que tus hijos estén bien es necesario que tu y tu pareja también lo estéis. Mímate un poco, date un baño relajante y reparador de vez en cuando y reserva un mínimo de tiempo para ti misma.