El embarazo precoz es un tema cultural que preocupa a la Organización Mundial de la Salud. Esto es debido a que el embarazo en la adolescencia sigue siendo uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil y al círculo de enfermedad y pobreza. Así que es importante saber ¿qué opina la OMS sobre el embarazo precoz?.

Opinión de la OMS sobre el embarazo adolescente

La OMS sigue advirtiendo de que hace falta más educación sexual que evite los embarazos adolescentes no deseados. El porcentaje de niñas embarazadas antes de los 19 sigue siendo bastante alto, lo cual significa que aún existe un problema cultural importante. Las características del embarazo precoz no son las más adecuadas para la vida de un bebé.

Las condiciones actuales de vida favorecen las tempranas relaciones sexuales de los jóvenes. No obstante, la escuela y la familia según la opinión de la OMS sobre el embarazo precoz han de ser unos pilares básicos de educación en los que se ofrezca información suficiente acerca de:

• Métodos anticonceptivos.
• Riesgos y repercusiones de un embarazo precoz para la salud de la adolescente.
• Consecuencias del embarazo precoz de futuro para los padres adolescentes.
• Frustraciones al tener que enfrentar un embarazo sin preparación alguna para la maternidad.

Otros datos sobre embarazo precoz

A pesar de que el 95% de los casos de embarazos en adolescentes se dan en países en vías de desarrollo, esto no quita para que aún existan casos de embarazos precoces en otras partes del mundo. En nuestro país, por ejemplo, unas 100 niñas (menores de 15 años) aproximadamente son mamás cada año. Esta cifra se multiplica cuando se trata de quienes sí han cumplido los 15 años, por lo que deben repasarse las claves para prevenir el embarazo precoz o adolescente tanto en los países desarrollados como subdesarrollados.

Sin duda, tal y como opina la oms sobre el embarazo adolescente, sigue siendo un tema que requiere de más educación y apoyo para alentar a las niñas a retrasar la maternidad hasta que estén preparadas. Un problema que no solo repercute en la sociedad, sino también en la salud de las propias adolescentes, así como en la tasa de supervivencia de los bebés gestados por niñas.