La sacarina es otra clase de edulcorante perjudicial para la mujer embarazada si se consume repetidas veces durante el día. Esta sustancia en tu estado sería mejor reemplazarla por bebidas nutritivas, encontradas en jugos, leche o estractos de verduras.

Aún cuando no se ha comprobado que cause problemas congénitos en el feto, estudios demuestran que logra traspasar la placenta y producir más daño en el bebé que en la propia madre. La sustancia al ingresar en su sangre lamentablemente podría ocasionarle cáncer a la vejiga.

Si antes de embarazarte eras una asidua consumidora de sacarina y ahora que estás embarazada continuas consumiéndola, consulta a tu médico sobre las implicancias de haberlo hecho, pero mientras te encuentres en las primeras semanas de embarazo, segura de haber ingerido una exigua cantidad de sacarina, es mínimo el riesgo sobre el bebé.