El apego materno posparto

El apego materno posparto

El apego materno es el contacto físico entre el recién nacido y la madre inmediatamente después del nacimiento. A pesar de que hoy en día se ha perdido esta costumbre debido a las prácticas de rutina hospitalaria, las madres lo están pidiendo con mucho entusiasmo de nuevo. Tocar, abrazar y en muchos de los casos hasta alimentar a su bebe por primera vez, inmediatamente después del parto se convierte ahora en una elección de la madre, cuando en realidad es un derecho que debiera ser reclamado por vía médica, de la clínica u hospital. Una madre bien informada tiene las herramientas para elegir un médico que ofrezca y respete el deseo de no separación de su hijo(a); sólo así se podrá de revivir esta costumbre ancestral.

Muchas prácticas de rutina hospitalaria se están dejando de hacer gracias a las investigaciones que promueven el parto humanizado. Un ejemplo es el lavado gástrico, procedimiento invasivo y doloroso para el bebé que, además de estresar al recién nacido, se ha comprobado innecesario; afortunadamente se esta dejando de hacer. La mamá que desea estar con su bebé después del parto deberá solicitarle a su médico (ginecólogo y anestesiólogo) con anticipación que no le administren sedantes que rutinariamente se le dan a las madres después de un parto. Vivir la técnica del apego se convierte en el mejor comienzo para la vida de un bebé que nace asustado por no entender lo que pasa. La cantidad de medicamentos como la anestesia que le hayan llegado al bebé durante el parto podrá influir en el tiempo que le tome para encontrar el pecho por primera vez. Cuantos menos medicamentos se administren a la madre durante el parto, mejor será la respuesta, el deseo y la colaboración del recién nacido y de la madre durante el nacimiento.


Debido que las hormonas del “enamoramiento “, como la oxitocina, se encuentran tan elevadas tanto en la madre como en el bebé varias horas después del parto, es el mejor momento para el encuentro entre ambos. Si el padre está presente, también se beneficia. Las hormonas involucran a la oxitocina, la hormona del amor; las endorfinas, hormonas del placer y de la trascendencia; las hormonas epinefrina y norepinefrina, hormonas de la excitación y la prolactina, hormona de la maternidad; estos sistemas son comunes en todos los mamíferos y se originan en nuestro cerebro medio o mamífero, también conocido como sistema límbico. El aumento en los niveles de oxitocina puede estimular tanto el apego entre la madre y el niño, como las contracciones del músculo uterino para evitar hemorragias. Una madre puede mantener la temperatura corporal de su bebé con el mismo éxito que los más sofisticados aparatos de calor que la tecnología actual ha diseñado para este propósito. Cuando el bebé es puesto sobre el abdomen de su madre, el contacto piel a piel tiene efectos calmantes y de confort para el bebé. Se ha comprobado que el ritmo cardiaco así como la temperatura del bebé se regula casi de inmediato al encontrarse con su madre. Esto se debe a varios factores; uno de ellos es que la madre se convierte en una especie de “incubadora” o calentador porque le aumenta la temperatura de su cuerpo protegiendo al bebé del frío. Este comportamiento suple a la rutina hospitalaria de la incubadora, procedimiento con una duración de 2 a 6 horas o el tiempo que le tome al bebé calentarse en dicho aparato, donde se encontrará asilado y alejado de su madre.
Otro factor de importancia a considerar para favorecer la práctica del apego es el que al encontrarse con el amor y calido abrazo de su madre al bebé le disminuyen las hormonas del estrés presentes en el postparto, para alcanzar una mejor y más coordinada respiración así como la búsqueda del seno materno. Una manera de comprender ésto es acordándonos como nuestra respiración se restringe o se suprime cuando estamos nerviosos o estresados.

Estos hallazgos sugieren que la atención que se presta a la madre y al bebé durante el periodo perinatal debe ser revisada a fondo. A todos los padres de niños sanos se les debe de ofrecer contacto temprano con su bebé y la oportunidad de conocerlo antes de que se le limpie, se le aplique vitamina K y gotas oftálmicas. Además de la lactancia materna exclusiva, se debe promover el alojamiento conjunto para todas las madres, durante su corto periodo de estancia en el hospital para favorecer la lactancia del calostro. Adicionalmente, es necesario incluir a los padres en el trabajo de parto y postparto; el apoyo continuo está asociado con una mejor recuperación obstétrica.

Es sumamente importante escoger muy bien al Pediatra que estará a cargo de tu bebé. La elección debe ser libre y no estar influenciada por el Ginecólogo. Se debe agendar una cita prenatal (antes del parto) con varios Pediatras y entrevistarlos para saber su experiencia, apoyo con la lactancia y si está capacitado para realizar adecuadamente la técnica del apego materno durante el parto o en algunos casos hasta después de una cesárea necesaria. Aunque el Ginecólogo no es quien realiza el apego, sería conveniente compartirle tu deseo por hacerlo ya que este proceso es una práctica desconocida para muchos profesionales de la salud.

Agatha Pichelin

De origen francés, se graduó como comadrona en Bruselas en 1997 y es diplomada en la especialidad de Medicina Tropical en Amberes. Tras su formación se traslado a Burundi para trabajar como comadrona y después trabajó con la ONG "Médicos del Mundo" en Indonesia en 1999. Trabajó también como interina en Suiza antes de llegar a Acuario en mayo de 2000. Realiza formación continua en partos humanizados, lactancia materna, reanimación neonatal y prácticas obstétricas, y posee una amplia experiencia en partos naturales y nacimientos sin violencia. Es responsable de los cursos de preparación al parto y de las consultas en el embarazo atendiendo a pacientes de numerosas nacionalidades. Ha participado en numerosas conferencias y cursos sobre la preparación al parto natural.

El apego materno es el contacto físico entre el recién nacido y la madre inmediatamente después del nacimiento. A pesar de que hoy en día se ha perdido esta costumbre debido a las prácticas de rutina hospitalaria, las madres lo están pidiendo con mucho entusiasmo de nuevo. Tocar, abrazar y en muchos de los casos hasta alimentar a su bebe por primera vez, inmediatamente después del parto se convierte ahora en una elección de la madre, cuando en realidad es un derecho que debiera ser reclamado por vía médica, de la clínica u hospital. Una madre bien informada tiene las herramientas para elegir un médico que ofrezca y respete el deseo de no separación de su hijo(a); sólo así se podrá de revivir esta costumbre ancestral.

Muchas prácticas de rutina hospitalaria se están dejando de hacer gracias a las investigaciones que promueven el parto humanizado. Un ejemplo es el lavado gástrico, procedimiento invasivo y doloroso para el bebé que, además de estresar al recién nacido, se ha comprobado innecesario; afortunadamente se esta dejando de hacer. La mamá que desea estar con su bebé después del parto deberá solicitarle a su médico (ginecólogo y anestesiólogo) con anticipación que no le administren sedantes que rutinariamente se le dan a las madres después de un parto. Vivir la técnica del apego se convierte en el mejor comienzo para la vida de un bebé que nace asustado por no entender lo que pasa. La cantidad de medicamentos como la anestesia que le hayan llegado al bebé durante el parto podrá influir en el tiempo que le tome para encontrar el pecho por primera vez. Cuantos menos medicamentos se administren a la madre durante el parto, mejor será la respuesta, el deseo y la colaboración del recién nacido y de la madre durante el nacimiento.


Debido que las hormonas del “enamoramiento “, como la oxitocina, se encuentran tan elevadas tanto en la madre como en el bebé varias horas después del parto, es el mejor momento para el encuentro entre ambos. Si el padre está presente, también se beneficia. Las hormonas involucran a la oxitocina, la hormona del amor; las endorfinas, hormonas del placer y de la trascendencia; las hormonas epinefrina y norepinefrina, hormonas de la excitación y la prolactina, hormona de la maternidad; estos sistemas son comunes en todos los mamíferos y se originan en nuestro cerebro medio o mamífero, también conocido como sistema límbico. El aumento en los niveles de oxitocina puede estimular tanto el apego entre la madre y el niño, como las contracciones del músculo uterino para evitar hemorragias. Una madre puede mantener la temperatura corporal de su bebé con el mismo éxito que los más sofisticados aparatos de calor que la tecnología actual ha diseñado para este propósito. Cuando el bebé es puesto sobre el abdomen de su madre, el contacto piel a piel tiene efectos calmantes y de confort para el bebé. Se ha comprobado que el ritmo cardiaco así como la temperatura del bebé se regula casi de inmediato al encontrarse con su madre. Esto se debe a varios factores; uno de ellos es que la madre se convierte en una especie de “incubadora” o calentador porque le aumenta la temperatura de su cuerpo protegiendo al bebé del frío. Este comportamiento suple a la rutina hospitalaria de la incubadora, procedimiento con una duración de 2 a 6 horas o el tiempo que le tome al bebé calentarse en dicho aparato, donde se encontrará asilado y alejado de su madre.
Otro factor de importancia a considerar para favorecer la práctica del apego es el que al encontrarse con el amor y calido abrazo de su madre al bebé le disminuyen las hormonas del estrés presentes en el postparto, para alcanzar una mejor y más coordinada respiración así como la búsqueda del seno materno. Una manera de comprender ésto es acordándonos como nuestra respiración se restringe o se suprime cuando estamos nerviosos o estresados.

Estos hallazgos sugieren que la atención que se presta a la madre y al bebé durante el periodo perinatal debe ser revisada a fondo. A todos los padres de niños sanos se les debe de ofrecer contacto temprano con su bebé y la oportunidad de conocerlo antes de que se le limpie, se le aplique vitamina K y gotas oftálmicas. Además de la lactancia materna exclusiva, se debe promover el alojamiento conjunto para todas las madres, durante su corto periodo de estancia en el hospital para favorecer la lactancia del calostro. Adicionalmente, es necesario incluir a los padres en el trabajo de parto y postparto; el apoyo continuo está asociado con una mejor recuperación obstétrica.

Es sumamente importante escoger muy bien al Pediatra que estará a cargo de tu bebé. La elección debe ser libre y no estar influenciada por el Ginecólogo. Se debe agendar una cita prenatal (antes del parto) con varios Pediatras y entrevistarlos para saber su experiencia, apoyo con la lactancia y si está capacitado para realizar adecuadamente la técnica del apego materno durante el parto o en algunos casos hasta después de una cesárea necesaria. Aunque el Ginecólogo no es quien realiza el apego, sería conveniente compartirle tu deseo por hacerlo ya que este proceso es una práctica desconocida para muchos profesionales de la salud.

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