El parto por cesárea es una intervención quirúrgica que consiste en la extracción del bebé mediante la apertura del abdomen y del útero de la madre. Se recomienda su práctica solo en casos necesarios, aquellos en los que la salud, incluso la vida, de la madre o del niño pueda estar en peligro. Existe una creencia extendida sobre la relación entre el parto por cesárea y la obesidad, aunque no hay una regla estipulada, hoy despejamos todas las incertidumbres.
No hay una causa objetiva que indique que una mujer con sobrepeso tenga que dar a luz mediante cesárea. Cada parto es único y será el ginecólogo quien determine el método más aconsejable y seguro en cada caso. Pero, es cierto, que la mayoría de especialistas están de acuerdo en que el trabajo del parto resulta en ocasiones más dificultoso para una mujer obesa y que el periodo de dilatación puede ser más lento incluso en un parto inducido.
España tiene una elevada tasa de nacimientos por cesárea, actualmente en torno al 25% del total, una cifra que va en aumento
Te invitamos a leer las 10 cosas básicas que debes saber sobre una cesárea y los casos más típicos.
Estas son las principales razones por las que algunos ginecólogos optan por la intervención en casos de excesivo sobrepeso aunque, insistimos, no existe una relación directa y “obligatoria” entre obesidad y cesárea. Son muchos factores a tener en cuenta antes descartar el parto natural.
Hay que recordar que los kilos de más, nunca son buenos y que la obesidad es un problema de salud. El embarazo en una mujer obesa puede provocar (o acentuar) dolencias como la diabetes gestacional, la preeclapsia (tensión arterial elevada) o la apnea del sueño.
Sin duda, el exceso de peso también contribuye a que se agraven las molestias habituales como el dolor de espalda, la fatiga o los calambres pasajeros.
Una alimentación correcta y equilibrada es parte de los cuidados esenciales durante el embarazo. Fruta, verduras, pescados, carnes, lácteos, cereales integrales y también grasas y azúcares, pero en su justa medida, son la base para mantenerte sana y contribuir al correcto desarrollo del bebé.
No hay reglas matemáticas, pero como norma general, un aumento de peso de entre 9 y 12 kilos, durante toda la etapa de gestación, es lo recomendable. Por supuesto, ese incremento en el peso siempre dependerá de tu propia constitución y de tu índice de masa corporal (ICM) algo que tendrá en cuenta tu ginecólogo a la hora de orientarte sobre las pautas de alimentación que debes seguir. Una mujer obesa con un IMC superior a 30, no debe ganar en el embarazo más de 7 – 9 kilos.
Partiendo de un peso saludable, un aumento de peso en el embarazo gradual adecuado sería:
Por supuesto, ¡no te obsesiones con los kilos! Y nunca te pongas a dieta, estando embarazada sin consejo médico. Él es el que debe controlar tu aumento de peso en cada trimestre y semana a semana.
Una dieta variada y saludable junto con un poco de ejercicio suave, acorde con tu estado, es suficiente para evitar el riesgo de obesidad en el embarazo.
La mayoría de ginecólogos coinciden en que la obesidad puede incrementar el riesgo de complicaciones en el embarazo y hacer que el alumbramiento resulte más costoso por lo que, en muchas ocasiones, optan por la cesárea como la vía más segura para dar a luz.
Pero la relación entre esta intervención quirúrgica y el excesivo sobrepeso va más allá. Estudios muy recientes apuntan a que los bebés nacidos por cesárea tienen más probabilidades de padecer, en los años futuros, obesidad. No hay aún conclusiones definitivas pero, algunos datos establecen esta posible relación entre el parto por cesárea y la obesidad.
El parto por cesárea es una intervención quirúrgica que consiste en la extracción del bebé mediante la apertura del abdomen y del útero de la madre. Se recomienda su práctica solo en casos necesarios, aquellos en los que la salud, incluso la vida, de la madre o del niño pueda estar en peligro. Existe una creencia extendida sobre la relación entre el parto por cesárea y la obesidad, aunque no hay una regla estipulada, hoy despejamos todas las incertidumbres.
No hay una causa objetiva que indique que una mujer con sobrepeso tenga que dar a luz mediante cesárea. Cada parto es único y será el ginecólogo quien determine el método más aconsejable y seguro en cada caso. Pero, es cierto, que la mayoría de especialistas están de acuerdo en que el trabajo del parto resulta en ocasiones más dificultoso para una mujer obesa y que el periodo de dilatación puede ser más lento incluso en un parto inducido.
España tiene una elevada tasa de nacimientos por cesárea, actualmente en torno al 25% del total, una cifra que va en aumento
Te invitamos a leer las 10 cosas básicas que debes saber sobre una cesárea y los casos más típicos.
Estas son las principales razones por las que algunos ginecólogos optan por la intervención en casos de excesivo sobrepeso aunque, insistimos, no existe una relación directa y “obligatoria” entre obesidad y cesárea. Son muchos factores a tener en cuenta antes descartar el parto natural.
Hay que recordar que los kilos de más, nunca son buenos y que la obesidad es un problema de salud. El embarazo en una mujer obesa puede provocar (o acentuar) dolencias como la diabetes gestacional, la preeclapsia (tensión arterial elevada) o la apnea del sueño.
Sin duda, el exceso de peso también contribuye a que se agraven las molestias habituales como el dolor de espalda, la fatiga o los calambres pasajeros.
Una alimentación correcta y equilibrada es parte de los cuidados esenciales durante el embarazo. Fruta, verduras, pescados, carnes, lácteos, cereales integrales y también grasas y azúcares, pero en su justa medida, son la base para mantenerte sana y contribuir al correcto desarrollo del bebé.
No hay reglas matemáticas, pero como norma general, un aumento de peso de entre 9 y 12 kilos, durante toda la etapa de gestación, es lo recomendable. Por supuesto, ese incremento en el peso siempre dependerá de tu propia constitución y de tu índice de masa corporal (ICM) algo que tendrá en cuenta tu ginecólogo a la hora de orientarte sobre las pautas de alimentación que debes seguir. Una mujer obesa con un IMC superior a 30, no debe ganar en el embarazo más de 7 – 9 kilos.
Partiendo de un peso saludable, un aumento de peso en el embarazo gradual adecuado sería:
Por supuesto, ¡no te obsesiones con los kilos! Y nunca te pongas a dieta, estando embarazada sin consejo médico. Él es el que debe controlar tu aumento de peso en cada trimestre y semana a semana.
Una dieta variada y saludable junto con un poco de ejercicio suave, acorde con tu estado, es suficiente para evitar el riesgo de obesidad en el embarazo.
La mayoría de ginecólogos coinciden en que la obesidad puede incrementar el riesgo de complicaciones en el embarazo y hacer que el alumbramiento resulte más costoso por lo que, en muchas ocasiones, optan por la cesárea como la vía más segura para dar a luz.
Pero la relación entre esta intervención quirúrgica y el excesivo sobrepeso va más allá. Estudios muy recientes apuntan a que los bebés nacidos por cesárea tienen más probabilidades de padecer, en los años futuros, obesidad. No hay aún conclusiones definitivas pero, algunos datos establecen esta posible relación entre el parto por cesárea y la obesidad.
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