Tu mamá, suegra u otro familiar al cuidado de tu bebé además de ser de tu entera confianza es necesario que sea asequible y comparta contigo  el objetivo de cuidar el bienestar de tu pequeño.

Si las citas con el pediatra las ayudaron a conocer más sobre el desarrollo del niño, no puedes olvidar que también esta personas con experiencia puede darte buenos consejos acerca de la crianza infantil. Aprende de ella todo cuanto te sea posible e intenta poner en práctica algunas de sus recomendaciones conforme se te presenten situaciones cotidianas para aplicarlas.

Una vez que el tema de las relaciones familiares sea sobrellevado con éxito, reflexiona sobre la ubicación de los muebles en la habitación del bebé. Ya sabes que ellos crecen de prisa y cuando menos lo esperes ya estará caminando por toda la casa. Crea espacios  libres para que se desplace sin problemas y no impida que los adultos se movilicen mientras lo siguen.