Los trastornos sexuales durante el embarazo, puede convertirse en un problema, mayormente en parejas que se enfrentan por primera vez con la idea de tener un hijo. Las dudas y miedos de ambos padres, aunado a la sintomatología del embarazo terminan por afectar la sexualidad de la pareja. Si no existe contra indicación no debe de haber problema en practicar el sexo en el embarazo, pero en algunos casos las parejas prefieren no arriesgarse, poniendo en juego su función sexual.
La aparición de un trastorno sexual en el embarazo, dependerá de la historia sexual de la pareja, la frecuencia con la que tenían sexo, el nivel de placer, el número de encuentros a la semana. Esto nos habla inmediatamente de un pronóstico sobre como evolucionara la vida sexual de ambos.
Los cambios que atraviesa la mujer durante el embarazo, modifican la anatomía femenina hasta el punto de ya no sentirse deseada por su pareja, en ocasiones. La incomodidad se hace presente en cada encuentro sexual, esto también lo percibe el hombre. Los encuentros pueden volverse cortos e poco placenteros.
La descarga hormonal por la cual atraviesa la mujer durante el embarazo, le hace experimentar un remolino de emociones, siendo más sensible y requiriendo con mayor necesidad de atención y demostraciones de afecto, en ausencia de estos el deseo sexual se ve afectado.
Por otro lado, es complicado disfrutar del sexo en el embarazo, tenemos el miedo que existe en ambos miembros de la pareja, quienes piensan que pueden hacerle daño al feto durante el coito o desencadenar el parto prematuramente.
Los movimientos fetales hacen sentir sumamente incómodos a los hombres quienes llegan a sentir al bebé como un tercero.
Los trastornos sexuales en el embarazo afectan a la pareja, tanto directa como indirectamente. Citamos a continuación los trastornos sexuales que pueden darse en estas circunstancias:
Las relaciones sexuales durante el primer trimestre pueden volverse tediosas, la mujer lidia con las náuseas, mareos y vómitos. Centrarse en mantener una función sexual activa le es bastante incómodo, por lo que el deseo disminuye progresivamente.
El miedo hacerle daño al bebé durante el coito, aunado a las molestias propias del embarazo llevan a no solo una disminución marcada del deseo sexual, también a su ausencia.
La actividad sexual para la mujer comienza a ser muy incómoda, las causas de molestias en las relaciones sexuales son múltiples. Durante el primer trimestre, para el segundo trimestre mejora la situación pero recae en los últimos meses del embarazo.
La intensidad y frecuencia de los orgasmos comienza a caer a medida que la congestión vaginal, vulva y clítoris aumenta debido al mayor encaje de la cabeza del feto en la pelvis. Esto disminuye las sensaciones de placer.
Los encuentros sexuales comienzan a disminuir desde que las molestias del embarazo se agudizan, la mujer rechaza los avances de su pareja. Lo que termina disminuyendo la frecuencia de con la que tiene sexo.
El dolor y molestias durante el sexo, que experimenta la mujer tienden a alejarla de su sexualidad. Disminuyendo la frecuencia sexual en ambos.
Los encuentros cada vez más cortos, el miedo al poder lastimar al feto en el vientre materno o a su madre, la incomodidad de sentir una tercera persona durante el acto sexual, lleva a que algunos hombres desarrollen disfunción eréctil durante el embarazo. Esto suele ir acompañado de una frecuencia sexual baja, disminución del deseo sexual y a futuro problemas de pareja.
Los encuentros cada vez menos frecuentes, de duración corta para no lastimar o molestar a su pareja, terminan condicionando la aparición de eyaculación precoz durante el embarazo.
Los trastornos sexuales durante el embarazo, puede convertirse en un problema, mayormente en parejas que se enfrentan por primera vez con la idea de tener un hijo. Las dudas y miedos de ambos padres, aunado a la sintomatología del embarazo terminan por afectar la sexualidad de la pareja. Si no existe contra indicación no debe de haber problema en practicar el sexo en el embarazo, pero en algunos casos las parejas prefieren no arriesgarse, poniendo en juego su función sexual.
La aparición de un trastorno sexual en el embarazo, dependerá de la historia sexual de la pareja, la frecuencia con la que tenían sexo, el nivel de placer, el número de encuentros a la semana. Esto nos habla inmediatamente de un pronóstico sobre como evolucionara la vida sexual de ambos.
Los cambios que atraviesa la mujer durante el embarazo, modifican la anatomía femenina hasta el punto de ya no sentirse deseada por su pareja, en ocasiones. La incomodidad se hace presente en cada encuentro sexual, esto también lo percibe el hombre. Los encuentros pueden volverse cortos e poco placenteros.
La descarga hormonal por la cual atraviesa la mujer durante el embarazo, le hace experimentar un remolino de emociones, siendo más sensible y requiriendo con mayor necesidad de atención y demostraciones de afecto, en ausencia de estos el deseo sexual se ve afectado.
Por otro lado, es complicado disfrutar del sexo en el embarazo, tenemos el miedo que existe en ambos miembros de la pareja, quienes piensan que pueden hacerle daño al feto durante el coito o desencadenar el parto prematuramente.
Los movimientos fetales hacen sentir sumamente incómodos a los hombres quienes llegan a sentir al bebé como un tercero.
Los trastornos sexuales en el embarazo afectan a la pareja, tanto directa como indirectamente. Citamos a continuación los trastornos sexuales que pueden darse en estas circunstancias:
Las relaciones sexuales durante el primer trimestre pueden volverse tediosas, la mujer lidia con las náuseas, mareos y vómitos. Centrarse en mantener una función sexual activa le es bastante incómodo, por lo que el deseo disminuye progresivamente.
El miedo hacerle daño al bebé durante el coito, aunado a las molestias propias del embarazo llevan a no solo una disminución marcada del deseo sexual, también a su ausencia.
La actividad sexual para la mujer comienza a ser muy incómoda, las causas de molestias en las relaciones sexuales son múltiples. Durante el primer trimestre, para el segundo trimestre mejora la situación pero recae en los últimos meses del embarazo.
La intensidad y frecuencia de los orgasmos comienza a caer a medida que la congestión vaginal, vulva y clítoris aumenta debido al mayor encaje de la cabeza del feto en la pelvis. Esto disminuye las sensaciones de placer.
Los encuentros sexuales comienzan a disminuir desde que las molestias del embarazo se agudizan, la mujer rechaza los avances de su pareja. Lo que termina disminuyendo la frecuencia de con la que tiene sexo.
El dolor y molestias durante el sexo, que experimenta la mujer tienden a alejarla de su sexualidad. Disminuyendo la frecuencia sexual en ambos.
Los encuentros cada vez más cortos, el miedo al poder lastimar al feto en el vientre materno o a su madre, la incomodidad de sentir una tercera persona durante el acto sexual, lleva a que algunos hombres desarrollen disfunción eréctil durante el embarazo. Esto suele ir acompañado de una frecuencia sexual baja, disminución del deseo sexual y a futuro problemas de pareja.
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