A pocas semanas de dar a luz algunas mujeres se sienten nerviosas cuando piensan en el parto; es allí donde se presenta el síndrome del nido, vivido como unas ganas intensas de estar en actividad constante hasta que el cansancio ya nos les permita hacer más. El síndrome del nido antes del parto, también conocido como el síndrome del nido limpio, es una etapa del embarazo marcada por una necesidad constante de la embarazada de mantenerse ocupada y culminar los preparativos antes de la esperada llegada del bebé.

El síndrome del nido en embarazadas puede afectar especialmente en la recta final de la gestación. Si lo padeces, podrías pasar de una sensación de cansancio y agotamiento a una gran euforia y mucha energía para tener todo listo para tu bebé (su habitación, sus juguetes, su ropita, etc.). También querrás que todo esté impoluto, que no haya ni un ápice de suciedad en toda la casa y te obsesionarás porque todo esté recogido y ordenado.

El síndrome del nido en el padre

Al igual que la embarazada, el papá también puede padecer este síndrome. El síndrome del nido en el padre se caracteriza por la necesidad de velar porque todo esté preparado para el bebé y por una preocupación constante por cuidar y velar por el estado de salud y el bienestar de la futura mamá.

Si vas a ser papá y crees que padecer el síndrome del nido limpio, no tienes porqué preocuparte. Sabemos lo importante que es este acontecimiento para los dos y es primordial que intentéis descansar todo lo posible para disfrutar al máximo del próximo miembro de la familia.

Consejos para afrontar el síndrome del nido

Uno de los mejores consejos para afrontar el síndrome del nido es que te relajes e intentes no realizar grandes esfuerzos para no poner en riesgo a tu bebé. A continuación, te damos algunos recomendaciones para solucionar el síndrome del nido limpio:

• Si eres una de esas mamás que no pueden mantenerse quietas, busca tareas relajantes como por ejemplo cocinar, caminar o leer un libro; a veces, las labores domésticas son perjudiciales para tu salud y el desarrollo del bebé, evita subir a sillas o escaleras o realizar actividades que te demanden mucho esfuerzo físico.
• Recuerda cuán expuesta estarás a una caída o tropiezo
• Elige ejercicios de gimnasia, yoga o pilates, escribe recetas de cocina o quizá tus pensamientos durante esta bella etapa. Si sientes deseos de ordenar un poco la casa, arregla los adornos de tu habitación o la maleta que llevarás al hospital cuando llegue el momento.
• Recuerda no cargar mucho peso ni llenar mente con pensamientos pesimistas sobre el nacimiento de tu bebé.