Durante el embarazo es importante contar con la ayuda de un médico que te haga sentir cómoda y bien atendida en todo momento. A veces, no siempre tenemos la suerte de dar con el ginecólogo más adecuado. Debes saber que no tienes por qué conformarte. Existen una serie de señales que te indicarán si es el momento de cambiar de ginecólogo durante el embarazo. Te damos las claves para identificarlas.

¿Por qué cambiar de médico en mitad del embarazo?

El ginecólogo es el profesional más importante para una mujer embarazada. Depositamos en él toda nuestra confianza para que realice el seguimiento de nuestro embarazo. Esta es una relación sumamente importante en la que las dos partes han de estar cómodas. Pero, notas que algo no funciona. ¿Es hora de cambiar de ginecólogo estando embarazada?

Los buenos ginecólogos no sólo han de estar preparados médicamente para realizar bien su trabajo. Además, es importante que tengan otra serie de cualidades mucho más humanas que toda embarazada agradece en esta fase tan importante de su vida.

Asimismo las funciones del ginecólogo en el embarazo son las de realizar un control médico, realiza un seguimiento y está presente durante las pruebas prenatales y el parto.

Estas son algunas señales que te indicarán que debes cambiar de ginecólogo:

1. Indiferencia: aléjate de aquel profesional que no recuerde tu nombre, que se olvide de tus citas, que no tenga un control del desarrollo de tu embarazo y que se muestre indiferente ante tus necesidades como futura madre.
2. Falta de empatía: existen ginecólogos que son excelentes profesionales. Sin embargo, están tan acostumbrados a su trabajo que se olvidan de ponerse en el lugar de la embarazada en cuanto a sus miedos, sus dolores, etc. Esta falta de empatía no es nada aconsejable. Un buen médico siempre dejará entrar a tu pareja o acompañante a la consulta porque entenderá lo importante que es para ti.
3. Falta de conocimientos: si sientes que tu ginecólogo está experimentando contigo a cada complicación que se presenta y percibes que no tiene la formación o los conocimientos necesarios para llevar tu embarazo es mejor que cambies a otro profesional. También, existen otro tipo de ginecólogos que solo se preocupan por darte más tratamientos, más pruebas, etc. Este es un signo de su falta de seguridad como médico.
4. Trata de cambiar tus ideas: tú mejor que nadie sabes qué tipo de parto quieres tener en la medida de las posibilidades, si quieres dar el pecho o no, si estás de acuerdo con el colecho... Tu ginecólogo podrá aconsejarte, pero jamás tratará de convencerte de algo que realmente no deseas.
5. No valora tu tiempo: es normal que los médicos tengan unas agendas muy ocupadas. Sin embargo, esto no implica que de menos valor a tu tiempo. Puede que tengas que esperar un poco cada vez que vayas a la consulta. No obstante, lo que no es normal es que te haga esperar una hora cada vez que vas a verlo.
6. No hay feeling: puede parecer una tontería, pero no lo es. Es importante que tu ginecólogo y tú estéis en la misma sintonía. Esto te permitirá confiar más en él, así como sentirte segura con sus recomendaciones.

Si de verdad estás pensando en cambiar de ginecólogo estando embarazada debes saber cuáles son las preguntas que debes hacerle al ginecólogo para escogerle y encontrar un profesional de tu agrado.

Ten en cuenta, que un ginecólogo va a acompañarte durante los nueve meses del embarazo, durante el parto y en el postparto. Este es demasiado tiempo como para estar con el profesional menos adecuado. Si sientes que tienes la necesidad de cambiar de ginecólogo en mitad del embarazo no dudes en hacerlo. Estás en tu derecho de elegir para ti al médico de mayor confianza para ti.

Aunque te parezca que vas a pasar un mal momento con esta decisión, al final no te arrepentirás de ello.