Cuando te quedas en estado es mucha la información que llega a tus oídos, especialmente, en torno al momento del alumbramiento. Algo de lo que es posible que ya hayas oído hablar es el parto seco o parto sin romper aguas. ¿Duele más? ¿Implica mayores complicaciones? Para que no tengas la mínima duda acerca de este proceso hemos redactado este artículo acerca de cómo es este tipo de parto y por qué se llama así.

¿Qué es un parto seco?

El parto seco no es un parto seco del todo. Cuando una mujer rompe aguas no lo hace de manera brusca, sino que va liberando líquido amniótico de manera progresiva. De esta manera, en el momento de dar a luz la parturienta aún conserva una cantidad de este líquido, muy importante para salvaguardar el estado del bebé.

El parto sin romper aguas también se llama parto seco. No obstante, este término no es correcto del todo. Estamos ante un parto seco cuando después de romper aguas la mujer llega al paritorio si nada de líquido amniótico en su interior. Recuerda que si no rompes aguas por ti misma, el médico lo hará por ti. Así que el parto seco no está relacionado directamente con la rotura de aguas, sino con la cantidad de líquido con la que la parturienta llega para dar a luz.

¿Cómo es un parto seco? ¿Cómo se produce?

Algunas mujeres aseguran que el parto seco es más doloroso que el normal. Esto puede ser debido a que en el parto en que se rompen aguas tarde el líquido amniótico ayuda a atenuar la intensidad de las contracciones. En un parto seco la mujer va perdiendo ese líquido hasta quedarse sin él, por ello resulta un poco más doloroso. No obstante, recuerda que no todas las mujeres son iguales con respecto al umbral del dolor. Y es que otras aseguran que un parto seco no es más doloroso que otro con rotura normal de aguas.

Asimismo, cuando una mujer rompe aguas el parto suele darse en las 48 horas siguientes. El problema surge cuando las contracciones no aparecen. En este caso, el médico esperará 12 horas para ver si el parto se produce de manera natural. De lo contrario, tendrá que provocarlo, ya que la ausencia de líquido amniótico favorece la aparición de infecciones que podrían ser peligrosas para el bebé.

¿Y a qué se deben los partos secos?

Se dice que es una condición que se hereda de madres a hijas y que también se repite en los sucesivos nacimientos. Sin embargo, estas afirmaciones son una simple creencia popular que no tiene base científica que las respalde.

El parto seco se produce por la falta o escasez de líquido amniótico en la bolsa. Un fenómeno que se conoce como oligoahidramnios. Esta alteración puede estar producida por un envejecimiento de la placenta.

Hoy día, esta complicación en el embarazo  puede ser controlada de manera eficaz por medio de las ecografías. Sin embargo, no siempre fue así dando lugar a partos complicados y a bebés con alteraciones y bajo peso. Tal vez, este sea el motivo por el que nuestras madres o abuelas tengan tanto miedo al parto seco. Por suerte, la medicina ha avanzado permitiendo un mayor control médico.

Por último, es posible que durante los días previos al parto tengas pérdidas de líquido amniótico sin que te des cuenta de ello. Por esta razón, te recomendamos que esos días uses compresas. Si ves que se humedecen a lo largo de una a tres horas y sin que haya presencia de orina deberás acudir al hospital. Así estarás evitando riesgos innecesarios. Recuerda que el líquido amniótico es de incoloro e inodoro, por lo que te será fácil reconocerlo.