La depresión es una condición recurrente en el embarazo pero poco tratada quizá por la falta de conocimiento sobre la enfermedad. Lo importante es reconocerla a tiempo y tratarla profesionalmente para que no represente riesgos sobre tu bebé.

Según un estudio realizado por el Centro de Depresión de la Universidad de Michigan, de un total de  3,472 mujeres embarazadas el 20% obtuvo un resultado alto de depresión, pero solo el 13,8 % recibió medicación u orientación psicológica cuando lo necesitó.

Las investigaciones señalan que la alteración hormonal propia del embarazo es la responsable de este desequilibrio emocional y siempre que sea detectada a tiempo por un profesional en la salud es indicado en pro del bienestar de la madre y del bebé el uso de fármacos.

Una de las consecuencias de no tratar la depresión en su momento se relaciona con dificultades en el parto, además de padecerla en los primeros meses de la etapa post natal.

Se conoce que ciertos antidepresivos no ocasionan efectos negativos en el desarrollo fetal, sin embargo es preciso consultar con tu médico sobre cuál sería el tratamiento idóneo para tu estado, otra opción podría estar en acudir a grupos de apoyo donde mujeres en iguales condiciones comparten sus experiencias, o de una manera más profesional acceder a una terapia psicológica.