Lo primero que debes saber si decides hacer uso de la Homeopatía durante el embarazo, el parto o la lactancia, es que no puedes hacerlo nuca por tu cuenta. Debes acudir al médico homeópata para que el dedica qué debes tomar y cuál es la posología adecuada. También que la Homeopatía no puede sustituir en ningún caso los controles médicos de tu ginecólogo, a quien has de informar puntualmente de todos los medicamentos que estás tomando.

Teniendo en cuenta estos consejos básicos, la Homeopatía te resultará un recurso muy eficaz para aliviarte en las molestias propias de la gestación y hacerte más fácil el día a día. Es una medicina que no tiene apenas efectos secundarios, si se administra correctamente, y no es tóxica para el feto.

¿Cuándo puedo recurrir a la homeopatía si estoy embarazada?

• para luchar contra las afecciones corrientes que no son propias del embarazo (un resfriado, por ejemplo). En este caso, los medicamentos homeopáticos permiten evitar, en la medida de lo posible, los medicamentos clásicos que pueden estar contraindicados en tu estado;
• para aliviar los malestares típicos del embarazo (náuseas, calambres, ardor de estómago, piernas pesadas, etc.): la Homeopatía puede ayudar a mejorar estas molestias a veces muy desagradables;
• para mejorar tu estado general: la Homeopatía previene y limita los problemas asociados al embarazo y al parto y, gracias a ella, la madre se puede restablecer más pronto después del nacimiento del bebé. 

 La homeopatía y el parto

La medicina Homeopática también te puede ayudar en el momento del parto. Existen medicamentos que se pueden tomar ya unos días antes del parto, un mes aproximadamente, para calmar la ansiedad y aliviar los dolores de espalda. También el  homeópata puede aliviar el dolor provocado por las contracciones y acelerar la dilatación natural. Los tratamientos pueden administrarse durante la dilatación.