La ausencia de yodo durante el embarazo afecta en gran medida el desarrollo de tu bebé. Se sabe que en países como España los alimentos ricos en este nutriente no forman parte del consumo diario y que las características de su suelo impiden aprovechar al cien por ciento de sus beneficios.

Los alimentos ricos en este mineral son importantes para tu pequeño porque regulan la energía de su cuerpo,  contribuye en su desarrollo cerebral, estimulan el funcionamiento del sistema circulatorio e impiden la aparición del hipotiroidismo; retraso físico o mental, malformaciones y sordomudez.

Por otro lado el yodo reduce los riesgos de un aborto espontáneo, y la muerte tanto de la madre como del feto durante el parto.

La ingesta de yodo se inicia en la etapa de gestación y se prolonga hasta la lactancia. Otra de las formas que tienes para alimentarte de el es reemplazando  la sal yodada por la sal común utilizada hasta antes de embarazarte.

Si tienes problemas para llegar a los niveles requeridos, consulta con tu médico sobre la posibilidad de agregar un suplemento adecuado para tu metabolismo.