No todos los bebés sienten esa especial determinación por sus madres. Hay situaciones en las que el bebé prefiere al padre. Es lógico que, ante tal circunstancia, puedas llegar a preguntarte ¿Qué hacer si mi hijo prefiere a su padre? ¿Cómo debo gestionar esta situación?

Mi bebé prefiere al papá antes que a mi

No es la primera vez que una madre confiesa “mi hijo prefiere a su padre”. Le llama para jugar, cuando está enfermo y hasta para recibir las buenas noches. Esta situación puede generar malestar ante la preferencia del niño por su progenitor masculino. Las madres que no tienen la atención de su bebé suelen sentirse desplazadas y hasta rechazadas por el pequeño. Los psicólogos infantiles se han llegado a plantear si verdaderamente es un problema que la madre sea la segunda opción de su hijo.

El problema ante los papeles cruzados es que la madre desarrolle el conocido como desapego recíproco. Para no caer en este error es importante tener un buen sentido de lo que es la inteligencia emocional. Los bebés no escogen a su preferido para hacernos daño ni para excluirnos. Es una situación que suele suceder de manera natural o condicionada por circunstancias externas.

Por otro lado, los recién nacidos sólo quieren estar con la madre al principio, pero los padres hoy día están mucho más involucrados en la crianza de sus hijos y las mujeres están más presentes en el mundo laboral. Lo mismo sucede cuando una madre no puede pasar mucho tiempo con sus hijos. Esto no significa que los quiera menos. Son circunstancias que hacen que los pequeños elijan la persona con la que más se identifican.

Qué hacer cuando el bebé prefiere al padre

Ante todo respeto a la decisión del niño, deberías estar orgullosa del vínculo que tiene tu hijo con su padre, además eso no significa que el vínculo del bebé con la madre no exista. Es importante dejar de lado las inseguridades de una misma para pasar a entender que las ideas preconcebidas sobre la maternidad no tienen por qué cumplirse al 100%. Este respeto al pequeño desarrollará en él un sentimiento de libertad y seguridad que nunca irá en contra de la madre. De lo contrario, podría suponer una situación en la que el niño pueda sentirse obligado a estar más tiempo de lo que desea con ella. Lo cual no es nada bueno.

Ante esta situación, lo más recomendable es actuar con naturalidad. No busques a tu hijo de manera forzada ni tampoco le fuerces a ser su preferencia. Sabemos que este “rechazo” duele como una puñalada. Pero en el proceso evolutivo de los bebés está implícito la elección de su cuidador principal.

También, tienes que aprender a diferenciar entre amor y preferencia. Que prefiera pasar más tiempo con su padre no significa que el bebé no te quiera. No obstante, las expectativas que nos genera la maternidad hace que te puedas sentir rechazada por tu hijo. Piensa ¿crees que esa elección te hace peor madre? Desde luego que no. Revisa tus creencias y adáptalas a los nuevos tiempos en los que el hombre juega un papel mucho más importante dentro de la familia. Tu hijo te quiere y te necesita. No tengas la menor duda de ello. Lo que sucede es que también los pequeños necesitan sentirse especiales y únicos. Por ello, buscan aquella figura que más les haga sentir tales emociones.

Para evitar que esta situación te afecte habla con tu pareja. Cuéntale cómo te sientes y observa cómo se comporta él con el pequeño. Procura que el padre te involucre en su tiempo con el bebé para que también desarrolle ese sentimiento de apego contigo. Con paciencia y cariño lograréis mejorar la situación para que no te haga sentir mal.
Ante todo, no olvides que esta situación es normal y que tu hijo te quiere.