La exploración en el embarazo puede ser física y a nivel global o más en detalle a nivel vaginal. Aunque la exploración es un procedimiento mínimamente invasivo el médico tiene ciertos cuidados al realizar el tacto vaginal en el embarazo. Como utilizar guantes estériles, aplicar lubricante o informarte. De esta forma, tú puedes estar segura y tranquila que no no te hará daño alguno.
Existen muchas dudas acerca del tacto vaginal en el embarazo, tales como cuándo debe hacerse o si es normal el sangrado o cuáles son las precauciones que deben tomarse a la hora de realizar este procedimiento para evitar correr riesgos de infección u otros derivados de esta práctica. A continuación puedes conocer con detalle cuáles son los cuidados esenciales que debe tener el especialista, presta especial atención:
El primer y primordial cuidado que tendrá tu médico para hacer un tacto vaginal es colocarse guantes estériles. Este producto, pasa por una serie de procesos de desinfección y esterilización. Por lo que no existen microorganismos en la superficie del látex. Así que, al usar guantes tu médico previene la inserción de bacterias en la vagina a través del tacto. No debes preocuparte por sufrir una infección vaginal a causa de esta exploración que es uno de los riesgos derivados de practica el tacto vaginal durante el embarazo.
Para disminuir la fricción y hacer el procedimiento un poco más cómodo el ginecólogo usará gel lubricante. Este usualmente se encuentra frío así que tendrás una sensación rara al inicio.
El lubricante favorece la introducción de los dedos en la cavidad y ayuda a que los movimientos sean más suaves. Pero, no es mágico, si contraes tu suelo pélvico por miedo, no importa cuánto lubricante haya, habrá que hacer presión y será molesto para ti. Trata de estar lo más relajada posible, recuerda que la prueba dura un par de minutos
Esta exploración es muy incómoda debido a que invade la privacidad. Este aspecto emocional es difícil de manejar. Sin embargo, te explicarán todo lo que van a hacer y cómo lo van a hacer para que estés preparada. Si tienes alguna duda o inquietud pregunta, lo ideal es que sientas total libertad a la hora de preguntar.
Lo que menos quiere el especialista es lastimarte, así que el tacto será lo más suave que se pueda. Si te encuentras relajada el médico podrá maniobrar y obtener la información que necesita rápidamente. En poco todo estará listo y podrás irte a casa.
Aunque no es invasiva, no es una técnica recomendada para todo momento. Está muy bien establecidas las situaciones bajo las cuales se hará un tacto, y tu médico lo sabe. Los protocolos indican que esta prueba se realiza en el primer control prenatal cuando debes tener entre tres y cuatro semanas de embarazo. También puede hacerse terminando la gestación, en especial si ya superaste la semana 40. En este momento tiene el objetivo de determinar si el cuello uterino está cambiando y preparándose para el parto.
El otro periodo esencial para hacer este procedimiento es durante el trabajo de parto. Lo usual es que se realice cada hora. Pero. puede ser menos frecuente según las condiciones de la paciente.
Si tienes una amenaza de parto pretérmino, un embarazo múltiple o placenta previa está contraindicado en tacto. Tu ginecólogo nunca te practicará esta exploración bajo esas condiciones.
En caso que en algún momento de tu embarazo llegues a presentar síntomas de problemas genitales necesitarás una evaluación pélvica. Pero esta evaluación inicia con la colocación de un espéculo y la visualización de signos clínicos.
Si el espéculo no fuera suficiente para diagnosticar el problema entonces se procedería al tacto. Tu ginecólogo no hará un tacto vaginal de entrada, menos si el síntoma es sangrado en el segundo o tercer trimestre. Porque, en presencia de esta enfermedad el tacto es contraproducente y provocaría un sangrado superior y bastante problemático.
Esta prueba es poco común en los controles prenatales, pero, es la que más genera ansiedad en las mujeres. Procura tomarla con calma, recuerda que tu médico solo la hará si es necesario y no busca lastimarte ni a ti ni a tu bebé al realizarla.
La exploración en el embarazo puede ser física y a nivel global o más en detalle a nivel vaginal. Aunque la exploración es un procedimiento mínimamente invasivo el médico tiene ciertos cuidados al realizar el tacto vaginal en el embarazo. Como utilizar guantes estériles, aplicar lubricante o informarte. De esta forma, tú puedes estar segura y tranquila que no no te hará daño alguno.
Existen muchas dudas acerca del tacto vaginal en el embarazo, tales como cuándo debe hacerse o si es normal el sangrado o cuáles son las precauciones que deben tomarse a la hora de realizar este procedimiento para evitar correr riesgos de infección u otros derivados de esta práctica. A continuación puedes conocer con detalle cuáles son los cuidados esenciales que debe tener el especialista, presta especial atención:
El primer y primordial cuidado que tendrá tu médico para hacer un tacto vaginal es colocarse guantes estériles. Este producto, pasa por una serie de procesos de desinfección y esterilización. Por lo que no existen microorganismos en la superficie del látex. Así que, al usar guantes tu médico previene la inserción de bacterias en la vagina a través del tacto. No debes preocuparte por sufrir una infección vaginal a causa de esta exploración que es uno de los riesgos derivados de practica el tacto vaginal durante el embarazo.
Para disminuir la fricción y hacer el procedimiento un poco más cómodo el ginecólogo usará gel lubricante. Este usualmente se encuentra frío así que tendrás una sensación rara al inicio.
El lubricante favorece la introducción de los dedos en la cavidad y ayuda a que los movimientos sean más suaves. Pero, no es mágico, si contraes tu suelo pélvico por miedo, no importa cuánto lubricante haya, habrá que hacer presión y será molesto para ti. Trata de estar lo más relajada posible, recuerda que la prueba dura un par de minutos
Esta exploración es muy incómoda debido a que invade la privacidad. Este aspecto emocional es difícil de manejar. Sin embargo, te explicarán todo lo que van a hacer y cómo lo van a hacer para que estés preparada. Si tienes alguna duda o inquietud pregunta, lo ideal es que sientas total libertad a la hora de preguntar.
Lo que menos quiere el especialista es lastimarte, así que el tacto será lo más suave que se pueda. Si te encuentras relajada el médico podrá maniobrar y obtener la información que necesita rápidamente. En poco todo estará listo y podrás irte a casa.
Aunque no es invasiva, no es una técnica recomendada para todo momento. Está muy bien establecidas las situaciones bajo las cuales se hará un tacto, y tu médico lo sabe. Los protocolos indican que esta prueba se realiza en el primer control prenatal cuando debes tener entre tres y cuatro semanas de embarazo. También puede hacerse terminando la gestación, en especial si ya superaste la semana 40. En este momento tiene el objetivo de determinar si el cuello uterino está cambiando y preparándose para el parto.
El otro periodo esencial para hacer este procedimiento es durante el trabajo de parto. Lo usual es que se realice cada hora. Pero. puede ser menos frecuente según las condiciones de la paciente.
Si tienes una amenaza de parto pretérmino, un embarazo múltiple o placenta previa está contraindicado en tacto. Tu ginecólogo nunca te practicará esta exploración bajo esas condiciones.
En caso que en algún momento de tu embarazo llegues a presentar síntomas de problemas genitales necesitarás una evaluación pélvica. Pero esta evaluación inicia con la colocación de un espéculo y la visualización de signos clínicos.
Si el espéculo no fuera suficiente para diagnosticar el problema entonces se procedería al tacto. Tu ginecólogo no hará un tacto vaginal de entrada, menos si el síntoma es sangrado en el segundo o tercer trimestre. Porque, en presencia de esta enfermedad el tacto es contraproducente y provocaría un sangrado superior y bastante problemático.
Esta prueba es poco común en los controles prenatales, pero, es la que más genera ansiedad en las mujeres. Procura tomarla con calma, recuerda que tu médico solo la hará si es necesario y no busca lastimarte ni a ti ni a tu bebé al realizarla.
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