Si tienes dificultad para conciliar el sueño, empieza por cambiar la posición que adoptas al dormir, hacerlo de costado desde las primeras semanas evitará ciertos malestares durante el último periodo de embarazo y será beneficioso para que tu bebé reciba todos los nutrientes a través de la placenta.

Las siguientes recomendaciones serán de utilidad:

Coloca una almohada tipo cuña debajo de tu vientre, y conforme avance tu embarazo (último trimestre) ubícalo entre tus muslos para disminuir el dolor que la cabecita del bebé te producirá cuando se acomode en la pelvis.

Piensa en los aceites como una opción para relajarte, quizá tu pareja pueda aplicarlos sobre tu cuello, piernas y espalda.

Procura descansar en una habitación sin ruidos que perturben tu sueño. Busca una temperatura promedio (ni muy fría ni muy caliente). En cuanto a la iluminación es preferible apagar todas las luces para no interferir en el descanso.

El estado emocional también debe tomarse en cuenta. Si bien las mujeres embarazadas tienen muchos deseos de orinar. Las interrupciones durante la noche no deberían cortar el descanso; regresa  rápidamente a la cama y evita centrarte en las preocupaciones del momento.

Si las idas y venidas al baño se vuelven una costumbre durante la noche, tal vez necesites tomar mucho líquido durante el día, e ir disminuyendo las cantidades en las últimas 3 horas antes de dormir.

La acidez estomacal es otra de las causas que produce el insomnio, te recomendamos digerir los alimentos y esperar unas 3 ó 4 horas para descansar.

Finalmente, no olvides que en tu condición las trasnochadas suelen ser perjudiciales. Duerme cuando estés cansada y no le exijas a tu cuerpo más energia de la necesaria