Durante el embarazo, además de estar pendientes de nuestro estado físico, también es importante nuestro estado emocional. La ansiedad es malísima en la gestación. Sí, nuestra ansiedad puede afectar de forma significativa al bebé. Además, algo que no todo el mundo sabe sobre los efectos del estrés durante el parto es que esta ansiedad puede ser determinante de cara al parto o en el desarrollo del niño tras su nacimiento.
El miedo a que todo salga bien, la preocupación por si seremos capaces de ser buenos padres o incluso malos momentos económicos son algunos de los motivos por los que se puede padecer estrés en el embarazo. Si el estrés y la ansiedad no es controlada, podemos tener problemas bastante graves. Pensad que el estrés es perjudicial al punto de trastocar nuestro sistema inmunológico, algo que, como es evidente, podría pasar factura al bebé. Además, un estrés descontrolado en el parto podría conducirnos a otros problemas como parto prematuro. Por tanto, sí, el estrés y la ansiedad están muy vinculados al parto.
Las consecuencias de padecer fuerte estrés o ansiedad durante el parto, pueden ser el detonante de casos de parto prematuro, muerte fetal, nacimiento de bebés con bajo peso o incluso un impacto en el desarrollo intelectual del futuro bebé.
El parto prematuro se da antes de la semana 37 del embarazo, y es una de las principales consecuencias del estrés durante el embarazo. Según datos oficiales de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, este factor, la ansiedad, está presente en el 30-50% de los partos prematuros, así pues, son cifras a tener en cuenta. Estos efectos negativos podrían darse por las hormonas liberadas durante los episodios de estrés.
Otro de los efectos del estrés durante el parto es que los bebés nacen con menos peso. Hay estudios que aseguran que las madres que padecen estrés durante la gestación y el parto, pueden dar a luz niños con hasta 72 gramos de menos. El riesgo de bajo peso se elevaría con situaciones de estrés extremas. Un recién nacido podría incluso pesar hasta 150 gramos menos.
Una de las consecuencias del estrés durante el parto más peligrosas es la pérdida del niño. Hay estudios que aseguran que las mujeres con un nivel muy alto de estrés en la semana 30 tienen un 80% más de probabilidades de sufrir un aborto.
Estudios concretos como el que se realizó en la Emory University, por Carol Rowland, se centraban en la asociación entre la muerte fetal y la presencia de distintos factores estresantes durante el embarazo. El estudio concluyó con datos preocupantes; y es que las mujeres que experimentan cinco o más eventos estresantes en el periodo de gestación, tienen más del doble de posibilidades de perder su hijo después de la semana 20 de gestación.
Aunque son temas complejos, al parecer, el cuerpo de la futura madre reconoce los niveles de algunas hormonas, como la hidrocortisona, que se generan durante el estrés. Estos niveles son tomados como una señal de alarma para el organismo. El cuerpo detecta una situación adversa para la continuidad del embarazo.
Esta última consecuencia o efecto del estrés durante el parto es la menos conocida, pero no por ello la menos importante. A medida que el bebé crece, los investigadores han encontrado que el estrés de las madres embarazadas puede dejar también secuelas a nivel cognitivo en ellos. Los altos niveles de ansiedad pueden afectar tanto a las habilidades intelectuales como a las del lenguaje.
Hay trastornos muy conocidos que se relacionan con un nivel alto del estrés durante el parto, tales como el déficit de atención o la hiperactividad, pero también se pueden ver casos de mayor impulsividad en estos niños.
Durante el embarazo, además de estar pendientes de nuestro estado físico, también es importante nuestro estado emocional. La ansiedad es malísima en la gestación. Sí, nuestra ansiedad puede afectar de forma significativa al bebé. Además, algo que no todo el mundo sabe sobre los efectos del estrés durante el parto es que esta ansiedad puede ser determinante de cara al parto o en el desarrollo del niño tras su nacimiento.
El miedo a que todo salga bien, la preocupación por si seremos capaces de ser buenos padres o incluso malos momentos económicos son algunos de los motivos por los que se puede padecer estrés en el embarazo. Si el estrés y la ansiedad no es controlada, podemos tener problemas bastante graves. Pensad que el estrés es perjudicial al punto de trastocar nuestro sistema inmunológico, algo que, como es evidente, podría pasar factura al bebé. Además, un estrés descontrolado en el parto podría conducirnos a otros problemas como parto prematuro. Por tanto, sí, el estrés y la ansiedad están muy vinculados al parto.
Las consecuencias de padecer fuerte estrés o ansiedad durante el parto, pueden ser el detonante de casos de parto prematuro, muerte fetal, nacimiento de bebés con bajo peso o incluso un impacto en el desarrollo intelectual del futuro bebé.
El parto prematuro se da antes de la semana 37 del embarazo, y es una de las principales consecuencias del estrés durante el embarazo. Según datos oficiales de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, este factor, la ansiedad, está presente en el 30-50% de los partos prematuros, así pues, son cifras a tener en cuenta. Estos efectos negativos podrían darse por las hormonas liberadas durante los episodios de estrés.
Otro de los efectos del estrés durante el parto es que los bebés nacen con menos peso. Hay estudios que aseguran que las madres que padecen estrés durante la gestación y el parto, pueden dar a luz niños con hasta 72 gramos de menos. El riesgo de bajo peso se elevaría con situaciones de estrés extremas. Un recién nacido podría incluso pesar hasta 150 gramos menos.
Una de las consecuencias del estrés durante el parto más peligrosas es la pérdida del niño. Hay estudios que aseguran que las mujeres con un nivel muy alto de estrés en la semana 30 tienen un 80% más de probabilidades de sufrir un aborto.
Estudios concretos como el que se realizó en la Emory University, por Carol Rowland, se centraban en la asociación entre la muerte fetal y la presencia de distintos factores estresantes durante el embarazo. El estudio concluyó con datos preocupantes; y es que las mujeres que experimentan cinco o más eventos estresantes en el periodo de gestación, tienen más del doble de posibilidades de perder su hijo después de la semana 20 de gestación.
Aunque son temas complejos, al parecer, el cuerpo de la futura madre reconoce los niveles de algunas hormonas, como la hidrocortisona, que se generan durante el estrés. Estos niveles son tomados como una señal de alarma para el organismo. El cuerpo detecta una situación adversa para la continuidad del embarazo.
Esta última consecuencia o efecto del estrés durante el parto es la menos conocida, pero no por ello la menos importante. A medida que el bebé crece, los investigadores han encontrado que el estrés de las madres embarazadas puede dejar también secuelas a nivel cognitivo en ellos. Los altos niveles de ansiedad pueden afectar tanto a las habilidades intelectuales como a las del lenguaje.
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