El labio o paladar hendido (también conocido como labio leporino), es una división en el paladar (techo de la boca). Esta división deja una abertura entre la nariz y la boca. La formación del paladar debe ocurrir entre las primeras 6 a 12 semanas del embarazo.

 

Lo normal sería que los tejidos que forman parte del paladar y el labio superior se juntan en la mitad y se unan, pero si cuando nace el bebe tiene una hendidura, quiere decir que esta fusión nunca ocurrió durante el desarrollo.

 

Uno de cada 600 bebes nace con paladar hendido. Las hendiduras son más comunes en personas de origen asiático y menos común en las de raza blanca y negra.

 

Según un estudio realizado por un equipo de la Universidad de Oslo,  consumir cantidades adecuadas de vitamina A ayuda a reducir el riesgo de que el bebé nazca con paladar hendido.

 

Durante el embarazo, el ultrasonido, la amniocentesis y las técnicas de genética molecular, pueden utilizarse para detectar en las etapas tempranas del feto malformaciones congénitas comunes como el paladar hendido.

 

Si es que tu hijo nace con esta malformación, no te preocupes hoy en día existen operaciones para curar este problema. Cirugías que se hacen en varias etapas, siendo la primera cuando el bebe cumpla las diez semanas de nacido y pese 4 kilos 53 gramos.