El yodo es un mineral muy importante en la dieta de toda mujer embarazada. Su consumo adecuado durante esta etapa garantiza la producción de hormonas tiroideas,  asegurando así  el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso en el feto.

Las propiedades del yodo no solo son beneficiosas para las gestantes como tú. En todo momento de nuestra vida, su consumo regular (150 microgramos al día) disminuye la posibilidad de desarrollar el bocio (aumento anormal de la glándula tiroides), previene la presencia de piel y cabellos secos, la obesidad y el estreñimiento. El embarazo supone una dosis superior de yodo, se calculan de  200 a 300 microgramos diarios.

Este nutriente podemos consumirlo en las cebollas, los ajos; alimentos marinos como los mariscos, las algas marinas y el bacalao, asimismo en los lácteos y en las verduras dependiendo del porcentaje de yodo presente en la tierra donde se cultivó

Existen ciertos alimentos que consumidos continuamente y en grandes cantidades dificultan el efecto de este mineral, así tenemos las legumbres, las nueces, la yuca por mencionar algunos ejemplos.