Aunque en pocas ocasiones las infecciones vaginales pueden tener consecuencias graves y afectar a la mujer a largo plazo, lo cierto es que cuando se presentan pueden resultar muy molestas. Durante el embarazo, cobra una especial relevancia mantener el equilibrio de la flora de gérmenes que protegen la vagina de forma natural, ya que la vaginitis es bastante frecuente en mujeres embarazadas.

En el interior de la vagina hay un fluido que procede del útero y de su propia pared. Está formado por células, agua, sustancias  como lípidos o proteínas, y también gérmenes. La composición de dicho fluido, así como la forma, el tamaño y cantidad de células cambia mucho según las etapas de la vida y también según la fase del ciclo menstrual.

Especialmente, existen una serie de condicionantes que pueden alterar el equilibrio de la flora vaginal:

- EI uso de antibióticos. También destruyen los gérmenes protectores, lo que hace que se dispare el crecimiento de los gérmenes patógenos, sobre todo de los hongos.

- Gérmenes en dosis grandes introducidos durante las relaciones sexuales.

- Inflamaciones de la vagina por roces 0 traumatismos.

- Contaminación con materia fecal.

- Cambios en el PH de la vagina.

- Diabetes. Cuando está descompensada aumentan los azúcares en la vagina, cambia el PH y se dan infecciones rebeldes por hongos.

- Una dieta con un exceso de azucares.

Toma nota de estos consejos y recuerda la relación que existe entre las infecciones vaginales y los problemas de fertilidad, y cuida tu salud reproductiva.