Ecografías 4D

Las ecografías 4D son ecografías tridimensionales, en tiempo real y en movimiento. Son una nueva tecnología al servicio del seguimiento clínico del embarazo que aporta más detalles sobre el estado del bebé dentro del útero, y que permite la obtención de una imagen verdadera del feto.

Qué detecta la ecografía 4D

La ecografía tridimensional ha venido a complementar y no a suplantar la ecografía tradicional en 2D, es una de las pruebas rutinarias del embarazo. Cada una ofrece un diagnóstico diferente. Mientras en la bidimensional se aprecian los órganos internos del bebé, la ecografía 4D permite visualizar con gran precisión los volúmenes fetales facilitando la detección de malformaciones y anomalías que no se detectan mediante la ecografía normal.


Al añadir la cuarta dimensión, el tiempo, el ecógrafo consigue ver lo que le ocurre al bebé en ese mismo momento. Si se está chupando los dedos, si se estira, si abre o cierra la boca, e incluso si sonríe. Esta ecografía no mejora el diagnóstico, es decir, que si decidimos la realización de una ecografía 4D es para ver algún detalle o afinar algún aspecto concreto. En una ecografía 4D no se ve más de lo que se ve en una de dos dimensiones, aunque se ve mejor.

Su principal ventaja es que al ofrecer imágenes fotográficas del feto permite una mayor precisión en la observación. La ecografía 4D es valiosa para visualizar con mayor detalle problemas que afectan a la piel del bebé, como el labio leporino o la fisura palatina. Al ofrecer volumen, permite conocer no solo las dimensiones de cualquier órgano, sino el sitio que ocupa en el cuerpo del feto, lo que perfecciona el diagnóstico. La visualización del feto en condiciones de tiempo real es otra ventaja importante de la ecografía en cuatro dimensiones, pues permite hacer exploraciones instantáneas y conocer qué estará haciendo en ese mismo momento.

Cuándo se realiza la ecografía 4D

Se puede realizar en cualquier momento del embarazo, pero la etapa ideal para poder apreciar bien los movimientos de la cara del bebé es entre la semana 25 y 32. Al igual que la tradicional, los ultrasonidos no suponen ningún riesgo para la madre o el bebé en gestación.

Agatha Pichelin

De origen francés, se graduó como comadrona en Bruselas en 1997 y es diplomada en la especialidad de Medicina Tropical en Amberes. Tras su formación se traslado a Burundi para trabajar como comadrona y después trabajó con la ONG "Médicos del Mundo" en Indonesia en 1999. Trabajó también como interina en Suiza antes de llegar a Acuario en mayo de 2000. Realiza formación continua en partos humanizados, lactancia materna, reanimación neonatal y prácticas obstétricas, y posee una amplia experiencia en partos naturales y nacimientos sin violencia. Es responsable de los cursos de preparación al parto y de las consultas en el embarazo atendiendo a pacientes de numerosas nacionalidades. Ha participado en numerosas conferencias y cursos sobre la preparación al parto natural.

Las ecografías 4D son ecografías tridimensionales, en tiempo real y en movimiento. Son una nueva tecnología al servicio del seguimiento clínico del embarazo que aporta más detalles sobre el estado del bebé dentro del útero, y que permite la obtención de una imagen verdadera del feto.

Qué detecta la ecografía 4D

La ecografía tridimensional ha venido a complementar y no a suplantar la ecografía tradicional en 2D, es una de las pruebas rutinarias del embarazo. Cada una ofrece un diagnóstico diferente. Mientras en la bidimensional se aprecian los órganos internos del bebé, la ecografía 4D permite visualizar con gran precisión los volúmenes fetales facilitando la detección de malformaciones y anomalías que no se detectan mediante la ecografía normal.


Al añadir la cuarta dimensión, el tiempo, el ecógrafo consigue ver lo que le ocurre al bebé en ese mismo momento. Si se está chupando los dedos, si se estira, si abre o cierra la boca, e incluso si sonríe. Esta ecografía no mejora el diagnóstico, es decir, que si decidimos la realización de una ecografía 4D es para ver algún detalle o afinar algún aspecto concreto. En una ecografía 4D no se ve más de lo que se ve en una de dos dimensiones, aunque se ve mejor.

Su principal ventaja es que al ofrecer imágenes fotográficas del feto permite una mayor precisión en la observación. La ecografía 4D es valiosa para visualizar con mayor detalle problemas que afectan a la piel del bebé, como el labio leporino o la fisura palatina. Al ofrecer volumen, permite conocer no solo las dimensiones de cualquier órgano, sino el sitio que ocupa en el cuerpo del feto, lo que perfecciona el diagnóstico. La visualización del feto en condiciones de tiempo real es otra ventaja importante de la ecografía en cuatro dimensiones, pues permite hacer exploraciones instantáneas y conocer qué estará haciendo en ese mismo momento.

Cuándo se realiza la ecografía 4D

Se puede realizar en cualquier momento del embarazo, pero la etapa ideal para poder apreciar bien los movimientos de la cara del bebé es entre la semana 25 y 32. Al igual que la tradicional, los ultrasonidos no suponen ningún riesgo para la madre o el bebé en gestación.

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