La importancia del parto

La importancia del parto

El parto es un momento de inflexión para la mujer, donde pasa de un estado a otro, donde cambia de vivir en pareja o sola, a ser la principal cuidadora de su bebé. Es especialmente impactante la primera vez que se entra en la maternidad. Se viene ya con una mochila a cuestas, nuestra propia infancia, nuestras creencias, nuestros valores, nuestros deseos y expectativas, a veces con nuestras pérdidas (de otros embarazos, de situaciones laborales, personales) y tenemos esos 9 meses para irnos preparando. Estamos envueltas en una cultura del parto donde se ve como un momento de mucho dolor, como un momento de riesgo, y, a la vez, como un momento idílico donde te enamoras pérdidamente de tu bebé.

Pero el parto puede ser totalmente diferente. Existe la posibilidad de tener un parto placentero y también existe la posibilidad de que, debido a como ha sido el parto, no enamorarse a primera vista del bebé.

El miedo al parto es algo que llevamos casi impregnado en nuestros genes. Ha pasado de generación a generación, está presente en nuestros comentarios, en las revistas, en las noticias. La formación de los profesionales está entorno a la patología y los riesgos, y no hacia la salud y la normalidad. ¿Cómo encarar positivamente el parto cuando las historias familiares, los medios de comunicación, los profesionales sanitarios nos lo pintan tan mal?

Por suerte, cada vez más, empezamos a escuchar historias bonitas, historias de amor, donde el parto ha sido una experiencia enriquecedora, empoderante, y esto nos da un poco de esperanza.

El dolor está unido casi irremediablemente al parto, pero ¿existe siempre un parto con dolor? Algunas teorías, autores y estudios nos muestran un panorama multifactorial, así podemos verlo en el documento de Laura García Carrascosa, donde analiza el miedo y el dolor en el parto: El miedo y dolor en el parto y cómo afecta a su desarrollo. Importancia del parto natural.
En el momento en que sabemos los diferentes factores que inciden en el dolor, podemos buscar herramientas para afrontarlo y tener una experiencia más satisfactoria.


También puede ser de ayuda ver a qué tenemos miedo exactamente y guiarnos por ese miedo para tomar ciertas decisiones, como puede ser, donde y con quien tener a nuestro bebé. Algunas veces necesitaremos un acompañamiento profesional para esta toma de decisiones, que puede ser nuestra matrona, que nos ayudará a establecer un Plan de Parto.

Pero, ¿por qué es tan importante el parto?

No es lo mismo para la madre empezar la maternidad tranquila, fuerte, encontrándose bien, que empezar la maternidad destrozada, con dolor y molestias. No es lo mismo para el bebé entrar en la vida, con esa madre tranquila, que haber empezado en una situación de urgencia, con miedo, con sentimiento de soledad. Cuando se empieza más fuerte, se es más capaz de afrontar los retos que tiene la crianza. El dolor mismo en el postparto, el sentimiento de incapacidad, puede llevar a la depresión. De hecho, una de las causas de la depresión postparto está en la vivencia del parto. También en cómo se está viviendo el postparto y esto dependerá a su vez de cómo se haya vivido el parto.

El embarazo puede ser un tiempo para irnos preparando, no sólo para el parto, sino también para el postparto. Valorar qué queremos, cómo lo queremos, nuestros miedos, nuestras fortalezas. Acompañarnos de personas y profesionales que crean en nosotras, en nuestra capacidad para dar a luz, para criar, en personas que nos den apoyo, que nos muestren vivencias positivas, que nos enseñen herramientas para hacer frente, como decía, las dificultades, las oportunidades. También es un periodo para conocernos, conocer nuestro cuerpo, darnos pequeños y grandes placeres. El placer durante el embarazo aumenta la secreción de hormonas que después estarán también presentes en el parto.

Tener información y saber qué podemos hacer por nuestra parte, nos da mayor control y fortaleza. Y eso tendrá una repercusión en el parto y el postparto.

Agatha Pichelin

De origen francés, se graduó como comadrona en Bruselas en 1997 y es diplomada en la especialidad de Medicina Tropical en Amberes. Tras su formación se traslado a Burundi para trabajar como comadrona y después trabajó con la ONG "Médicos del Mundo" en Indonesia en 1999. Trabajó también como interina en Suiza antes de llegar a Acuario en mayo de 2000. Realiza formación continua en partos humanizados, lactancia materna, reanimación neonatal y prácticas obstétricas, y posee una amplia experiencia en partos naturales y nacimientos sin violencia. Es responsable de los cursos de preparación al parto y de las consultas en el embarazo atendiendo a pacientes de numerosas nacionalidades. Ha participado en numerosas conferencias y cursos sobre la preparación al parto natural.

El parto es un momento de inflexión para la mujer, donde pasa de un estado a otro, donde cambia de vivir en pareja o sola, a ser la principal cuidadora de su bebé. Es especialmente impactante la primera vez que se entra en la maternidad. Se viene ya con una mochila a cuestas, nuestra propia infancia, nuestras creencias, nuestros valores, nuestros deseos y expectativas, a veces con nuestras pérdidas (de otros embarazos, de situaciones laborales, personales) y tenemos esos 9 meses para irnos preparando. Estamos envueltas en una cultura del parto donde se ve como un momento de mucho dolor, como un momento de riesgo, y, a la vez, como un momento idílico donde te enamoras pérdidamente de tu bebé.

Pero el parto puede ser totalmente diferente. Existe la posibilidad de tener un parto placentero y también existe la posibilidad de que, debido a como ha sido el parto, no enamorarse a primera vista del bebé.

El miedo al parto es algo que llevamos casi impregnado en nuestros genes. Ha pasado de generación a generación, está presente en nuestros comentarios, en las revistas, en las noticias. La formación de los profesionales está entorno a la patología y los riesgos, y no hacia la salud y la normalidad. ¿Cómo encarar positivamente el parto cuando las historias familiares, los medios de comunicación, los profesionales sanitarios nos lo pintan tan mal?

Por suerte, cada vez más, empezamos a escuchar historias bonitas, historias de amor, donde el parto ha sido una experiencia enriquecedora, empoderante, y esto nos da un poco de esperanza.

El dolor está unido casi irremediablemente al parto, pero ¿existe siempre un parto con dolor? Algunas teorías, autores y estudios nos muestran un panorama multifactorial, así podemos verlo en el documento de Laura García Carrascosa, donde analiza el miedo y el dolor en el parto: El miedo y dolor en el parto y cómo afecta a su desarrollo. Importancia del parto natural.
En el momento en que sabemos los diferentes factores que inciden en el dolor, podemos buscar herramientas para afrontarlo y tener una experiencia más satisfactoria.


También puede ser de ayuda ver a qué tenemos miedo exactamente y guiarnos por ese miedo para tomar ciertas decisiones, como puede ser, donde y con quien tener a nuestro bebé. Algunas veces necesitaremos un acompañamiento profesional para esta toma de decisiones, que puede ser nuestra matrona, que nos ayudará a establecer un Plan de Parto.

Pero, ¿por qué es tan importante el parto?

No es lo mismo para la madre empezar la maternidad tranquila, fuerte, encontrándose bien, que empezar la maternidad destrozada, con dolor y molestias. No es lo mismo para el bebé entrar en la vida, con esa madre tranquila, que haber empezado en una situación de urgencia, con miedo, con sentimiento de soledad. Cuando se empieza más fuerte, se es más capaz de afrontar los retos que tiene la crianza. El dolor mismo en el postparto, el sentimiento de incapacidad, puede llevar a la depresión. De hecho, una de las causas de la depresión postparto está en la vivencia del parto. También en cómo se está viviendo el postparto y esto dependerá a su vez de cómo se haya vivido el parto.

El embarazo puede ser un tiempo para irnos preparando, no sólo para el parto, sino también para el postparto. Valorar qué queremos, cómo lo queremos, nuestros miedos, nuestras fortalezas. Acompañarnos de personas y profesionales que crean en nosotras, en nuestra capacidad para dar a luz, para criar, en personas que nos den apoyo, que nos muestren vivencias positivas, que nos enseñen herramientas para hacer frente, como decía, las dificultades, las oportunidades. También es un periodo para conocernos, conocer nuestro cuerpo, darnos pequeños y grandes placeres. El placer durante el embarazo aumenta la secreción de hormonas que después estarán también presentes en el parto.

Tener información y saber qué podemos hacer por nuestra parte, nos da mayor control y fortaleza. Y eso tendrá una repercusión en el parto y el postparto.

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