Las ecografías se utilizan para confirmar el embarazo y conocer la ubicación intra o extrauterina del feto y para controlar el desarrollo del bebé, su peso y el lugar donde está implantada la placenta. Sirven también para conocer la ovulación y el momento de concepción, así como la edad gestacional -el tiempo que una mujer lleva embarazada-.

Además de para conocer el estado del bebé, las ecografías son muy útiles en embarazos complicados por alguna enfermedad. Se utilizan para revisar la salud de la madre y poder diagnosticar a tiempo alguna posible patología. Entre ellas, pueden diagnosticarse miomas uterinos, quistes de ovario, embarazos ectópicos o interrumpidos y problemas renales o del aparato digestivo.

Por otra parte, constituyen también el primer contacto de la futura mamá con su bebé. Desde la sexta o la séptima semana de gestación, el feto ya que puede verse y pueden escucharse sus latidos. La técnica también permite conocer de forma temprana el sexo del feto. Resulta emocionante para una madre ver a su hijo en pantalla y seguir su desarrollo.