Es normal que mientras estás embarazada empieces a tener noticias sobre enfermedades de las que nunca habías oído hablar. Probablemente sea lo que te ha sucedido con la llamada quinta enfermedad durante el embarazo. Los otros nombres con los que se la conocen son eritema infeccioso o la enfermedad de la bofetada.
Para ser exactos, deberíamos señalar que se trata de una afección predominantemente infantil, de hecho, el nombre de quinta viene de una clasificación que la coloca en esa posición entre las erupciones de color rojo que tienen los niños. Es de las consideradas leves y se produce por contagio del parvovirus B19, pero el humano, que no tiene nada que ver con el parvovirus contra el que se vacuna a los gatos y los perros. Por tanto, puedes estar tranquila si tienes mascotas porque en ningún caso pueden ser la fuente de contagio de la quinta enfermedad en las mujeres embarazadas.
El parvovirus en el embarazo no es una enfermedad de las más frecuentes, ya que se calcula que cerca de la mitad de las mujeres son inmunes porque la han pasado antes y han desarrollado los anticuerpos que las protegen del contagio. Y, en el caso de cogerla suele cursar como una dolencia muy leve, similar a un catarro o incluso pasar desapercibida porque no muestra señales ni genera molestias.
No obstante, te presentamos los que pueden considerarse síntomas de la quinta enfermedad en el embarazo:
Antes de continuar, es esencial hablar de los riesgos de la quinta enfermedad en el embarazo porque entendemos que es lo que más te preocupa. Un dato contundente, sólo entorno al 5% de las embarazadas que la contraen sufren complicaciones en su embarazo. Es más peligroso en las primeras semanas y menos a partir de superada la mitad del embarazo. Entre esas posibles secuelas, las más graves son:
No existe un tratamiento de la quinta enfermedad en el embarazo como tal. Tan sólo una analítica para confirmar que se tiene la misma y un control mediante una prueba de ultrasonido semanal para comprobar el estado del bebé durante 8 o 12 semanas.
La mejor forma de combatir esta enfermedad es la prevención, siguiendo las mismas pautas que con cualquier otro virus:
Lo importante es que tengas presente que la quinta enfermedad durante el embarazo es frecuente en mujeres que conviven o trabajan con niños de forma habitual. Pero, si dudas sobre haberla cogido, acude a tu médico para que te lo confirme.
Es normal que mientras estás embarazada empieces a tener noticias sobre enfermedades de las que nunca habías oído hablar. Probablemente sea lo que te ha sucedido con la llamada quinta enfermedad durante el embarazo. Los otros nombres con los que se la conocen son eritema infeccioso o la enfermedad de la bofetada.
Para ser exactos, deberíamos señalar que se trata de una afección predominantemente infantil, de hecho, el nombre de quinta viene de una clasificación que la coloca en esa posición entre las erupciones de color rojo que tienen los niños. Es de las consideradas leves y se produce por contagio del parvovirus B19, pero el humano, que no tiene nada que ver con el parvovirus contra el que se vacuna a los gatos y los perros. Por tanto, puedes estar tranquila si tienes mascotas porque en ningún caso pueden ser la fuente de contagio de la quinta enfermedad en las mujeres embarazadas.
El parvovirus en el embarazo no es una enfermedad de las más frecuentes, ya que se calcula que cerca de la mitad de las mujeres son inmunes porque la han pasado antes y han desarrollado los anticuerpos que las protegen del contagio. Y, en el caso de cogerla suele cursar como una dolencia muy leve, similar a un catarro o incluso pasar desapercibida porque no muestra señales ni genera molestias.
No obstante, te presentamos los que pueden considerarse síntomas de la quinta enfermedad en el embarazo:
Antes de continuar, es esencial hablar de los riesgos de la quinta enfermedad en el embarazo porque entendemos que es lo que más te preocupa. Un dato contundente, sólo entorno al 5% de las embarazadas que la contraen sufren complicaciones en su embarazo. Es más peligroso en las primeras semanas y menos a partir de superada la mitad del embarazo. Entre esas posibles secuelas, las más graves son:
No existe un tratamiento de la quinta enfermedad en el embarazo como tal. Tan sólo una analítica para confirmar que se tiene la misma y un control mediante una prueba de ultrasonido semanal para comprobar el estado del bebé durante 8 o 12 semanas.
La mejor forma de combatir esta enfermedad es la prevención, siguiendo las mismas pautas que con cualquier otro virus:
Lo importante es que tengas presente que la quinta enfermedad durante el embarazo es frecuente en mujeres que conviven o trabajan con niños de forma habitual. Pero, si dudas sobre haberla cogido, acude a tu médico para que te lo confirme.
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