Tips para cuidar al bebé las 24 horas del día

Ser madre

Tips para cuidar al bebé las 24 horas del día

Cuidar a un recién nacido es toda una aventura, sobre todo para las madres primerizas. Los recién nacidos son delicados y hay que estar pendientes de ellos para que puedan dormir, comer y estar tranquilos. Nosotros también necesitamos descansar, pues si no lo hacemos no rendiremos lo suficiente. Sí, es una tarea dura, pero te acercamos una serie de consejos para cuidar al bebé las 24 horas del día sin morir en el intento.

Africa Studio || Shutterstock

Los mejores cuidados diarios para el recién nacido

Cuando llegas a casa con tu hijo surgen muchas dudas, pero tranquila, siempre puedes contar con la ayuda del pediatra y de la matrona para preguntarle cómo cuidar al bebé. Nosotros para aportar nuestro granito de arena a continuación hemos recogido una serie de consejos generales para crear una buena rutina y que el bebé esté perfectamente cuidado, presta especial atención:

1. Preocúpate por el descanso de tu bebé

El día es largo, y el descanso del bebé tiene que ser necesario para poder aguantarlo. Sí, ya sabemos que raramente un bebé duerme toda la noche del tirón, debe levantarse varias veces para comer. No obstante, siempre podemos tener algunos trucos para hacer que su sueño sea más reparador y para que pueda quedarse dormido lo antes posible.

Ante todo, piensa que a un recién nacido le cuesta bastante distinguir entre el día y la noche. Esto explicaría que duerma en periodos tan cortos a lo largo de todo el día. No obstante, después de las primeras semanas, el bebé ya empieza a diferenciar. Además, podemos ayudar en ello. Por ejemplo, podemos usar luces estratégicamente.

Las luces activan su botón biológico. Por el contrario, la oscuridad hace que su cerebro libere melatonina (hormona del sueño). Así, durante el día deja que entre mucha luz en casa. Para inducir el sueño por la noche, instala reguladores de intensidad en las luces y ve reduciendo la luz dos horas antes de llevarlo a dormir.

Las luces nocturnas son buenas, pero escoge siempre unas pequeñas y de baja intensidad, con un color azulado.

Anna Grigorjeva || Shutterstock

Si se despierta por la noche, no lo lleves a una habitación con luz o enciendas la de su dormitorio rápidamente. Esto hará que se ponga en alerta y piense que tiene que estar ya despierto.

Además de la luz, intenta usar los primeros meses un moisés. Al tener el tamaño más reducido, el pequeño podrá rozar los limites y se sentirá mucho más seguro. También es una gran opción el uso de un portabebés respetuoso, que le permitirá a tu bebé tener continuidad con la etapa gestacional y a ti poder hacer cosas con tu pequeño cerca.


Sí, no es necesario si cuidamos al bebé 24 horas tenerle en brazos constantemente. Es una elección personal y que responderá a cada realidad mamá/bebé. Mecerle o no es algo que también debe ajustarse a esa necesidad de cada bebé y madre.

Otro recurso interesante es ponerle una melodía todas las noches antes de ir a dormir, de hecho esta rutina la puedes iniciar en el embarazo para que tu bebé ya reconozca esa melodía como relajante cuando nazca y su cerebro responda a ella. Los peques toman rutinas incluso cuando son bebés. Otra rutina que puede favorecer su descanso es el la hora del baño del bebé que puede resultar muy relajante.

2. Cuida la alimentación del bebé

La alimentación del bebé también es importantísima. Piensa que, al principio, sobre todo si das pecho, los bebés no entienden de horarios. Tienen hambre cuando tienen hambre. No les despiertes si es la hora de su comida y sigue dormido, él ya lo pedirá. Ten en cuenta, eso sí, que durante las primeras semanas de vida los bebés pueden tener hipoglucemias, por lo que entre una toma y otra en ese tiempo no deberían transcurrir más de 3 horas. Consulta siempre con tu matrona o pediatra en caso de duda.

Es importante para cuidar al recién nacido diariamente que la postura, tanto de tu hijo como la tuya, sea la más cómoda posible. Si uno de los dos está incómodo, la alimentación no será ni placentera ni correcta.

Puedes darle el pecho sentada o tumbada. Si te tumbas, deja a tu hijo frente a ti, con su carita a la altura de tu pezón. Puedes ayudarte con un cojín de lactancia. Además, también recomiendan dar el pecho en una mecedora, pues dicen que el vaivén favorece la producción de leche y relaja al bebé.

Para que no trague demasiado aire, mete gran parte de la areola en la boca. Si lo alimentas con biberón, fíjate en la tetina, debe estar llena de leche antes de dársela.

Es normal tener miedo al principio y dudar sobre el cuidado del bebé así como pensar que no está comiendo lo suficiente. No te preocupes, sólo debes asegurarte de que tiene un aumento de peso uniforme y que, al quinto día, después del nacimiento, tenga, por lo menos, seis pañales mojados y tres o más evacuaciones intestinales por día. Esto significa que va todo bien.

3. Aprende a calmar su llanto

Calmar el llanto del bebé puede ser una de las cosas que más nos preocupen al principio. Evidentemente hay que descartar cualquier tipo de problema físico, pero esto es sencillo si observamos fiebre u otros síntomas. No obstante, los bebés lloran, y no siempre sabemos el por qué. Si tu intención es calmarlo, puedes llevarle al lado de la lavadora para que la escuche. Parece raro, pero las lavadoras y los sonidos monótonos en general, calman mucho a los bebés.

Otro truco es grabar su llanto y ponérselo. Le llamará tanto la atención que se quedará callado.

Si se despierta llorando, puede ser que sus propios movimientos lo asusten. Envuélvelo con una sábana finita, sin taparle la cabeza.

Pero sin duda el mejor truco de todos tanto para alimentarle como para dormirle y calmarle es alimentar vuestra escucha y comunicación. Daros tiempo para vosotros, para que puedas conocerle en cada gesto, reacción y movimiento. El vínculo seguro es lo que más calmará a tu bebé y lo que más seguridad te dará a ti como madre, y durará toda la vida.

Miriam Martí

Periodista y apasionada de las redes. Escribo desde hace más de 10 años contenidos muy variados que se ajustan siempre a todos esos temas que me inquietan y me apasionan, como la maternidad.

Cuidar a un recién nacido es toda una aventura, sobre todo para las madres primerizas. Los recién nacidos son delicados y hay que estar pendientes de ellos para que puedan dormir, comer y estar tranquilos. Nosotros también necesitamos descansar, pues si no lo hacemos no rendiremos lo suficiente. Sí, es una tarea dura, pero te acercamos una serie de consejos para cuidar al bebé las 24 horas del día sin morir en el intento.

Africa Studio || Shutterstock

Los mejores cuidados diarios para el recién nacido

Cuando llegas a casa con tu hijo surgen muchas dudas, pero tranquila, siempre puedes contar con la ayuda del pediatra y de la matrona para preguntarle cómo cuidar al bebé. Nosotros para aportar nuestro granito de arena a continuación hemos recogido una serie de consejos generales para crear una buena rutina y que el bebé esté perfectamente cuidado, presta especial atención:

1. Preocúpate por el descanso de tu bebé

El día es largo, y el descanso del bebé tiene que ser necesario para poder aguantarlo. Sí, ya sabemos que raramente un bebé duerme toda la noche del tirón, debe levantarse varias veces para comer. No obstante, siempre podemos tener algunos trucos para hacer que su sueño sea más reparador y para que pueda quedarse dormido lo antes posible.

Ante todo, piensa que a un recién nacido le cuesta bastante distinguir entre el día y la noche. Esto explicaría que duerma en periodos tan cortos a lo largo de todo el día. No obstante, después de las primeras semanas, el bebé ya empieza a diferenciar. Además, podemos ayudar en ello. Por ejemplo, podemos usar luces estratégicamente.

Las luces activan su botón biológico. Por el contrario, la oscuridad hace que su cerebro libere melatonina (hormona del sueño). Así, durante el día deja que entre mucha luz en casa. Para inducir el sueño por la noche, instala reguladores de intensidad en las luces y ve reduciendo la luz dos horas antes de llevarlo a dormir.

Las luces nocturnas son buenas, pero escoge siempre unas pequeñas y de baja intensidad, con un color azulado.

Anna Grigorjeva || Shutterstock

Si se despierta por la noche, no lo lleves a una habitación con luz o enciendas la de su dormitorio rápidamente. Esto hará que se ponga en alerta y piense que tiene que estar ya despierto.

Además de la luz, intenta usar los primeros meses un moisés. Al tener el tamaño más reducido, el pequeño podrá rozar los limites y se sentirá mucho más seguro. También es una gran opción el uso de un portabebés respetuoso, que le permitirá a tu bebé tener continuidad con la etapa gestacional y a ti poder hacer cosas con tu pequeño cerca.


Sí, no es necesario si cuidamos al bebé 24 horas tenerle en brazos constantemente. Es una elección personal y que responderá a cada realidad mamá/bebé. Mecerle o no es algo que también debe ajustarse a esa necesidad de cada bebé y madre.

Otro recurso interesante es ponerle una melodía todas las noches antes de ir a dormir, de hecho esta rutina la puedes iniciar en el embarazo para que tu bebé ya reconozca esa melodía como relajante cuando nazca y su cerebro responda a ella. Los peques toman rutinas incluso cuando son bebés. Otra rutina que puede favorecer su descanso es el la hora del baño del bebé que puede resultar muy relajante.

2. Cuida la alimentación del bebé

La alimentación del bebé también es importantísima. Piensa que, al principio, sobre todo si das pecho, los bebés no entienden de horarios. Tienen hambre cuando tienen hambre. No les despiertes si es la hora de su comida y sigue dormido, él ya lo pedirá. Ten en cuenta, eso sí, que durante las primeras semanas de vida los bebés pueden tener hipoglucemias, por lo que entre una toma y otra en ese tiempo no deberían transcurrir más de 3 horas. Consulta siempre con tu matrona o pediatra en caso de duda.

Es importante para cuidar al recién nacido diariamente que la postura, tanto de tu hijo como la tuya, sea la más cómoda posible. Si uno de los dos está incómodo, la alimentación no será ni placentera ni correcta.

Puedes darle el pecho sentada o tumbada. Si te tumbas, deja a tu hijo frente a ti, con su carita a la altura de tu pezón. Puedes ayudarte con un cojín de lactancia. Además, también recomiendan dar el pecho en una mecedora, pues dicen que el vaivén favorece la producción de leche y relaja al bebé.

Para que no trague demasiado aire, mete gran parte de la areola en la boca. Si lo alimentas con biberón, fíjate en la tetina, debe estar llena de leche antes de dársela.

Es normal tener miedo al principio y dudar sobre el cuidado del bebé así como pensar que no está comiendo lo suficiente. No te preocupes, sólo debes asegurarte de que tiene un aumento de peso uniforme y que, al quinto día, después del nacimiento, tenga, por lo menos, seis pañales mojados y tres o más evacuaciones intestinales por día. Esto significa que va todo bien.

3. Aprende a calmar su llanto

Calmar el llanto del bebé puede ser una de las cosas que más nos preocupen al principio. Evidentemente hay que descartar cualquier tipo de problema físico, pero esto es sencillo si observamos fiebre u otros síntomas. No obstante, los bebés lloran, y no siempre sabemos el por qué. Si tu intención es calmarlo, puedes llevarle al lado de la lavadora para que la escuche. Parece raro, pero las lavadoras y los sonidos monótonos en general, calman mucho a los bebés.

Otro truco es grabar su llanto y ponérselo. Le llamará tanto la atención que se quedará callado.

Si se despierta llorando, puede ser que sus propios movimientos lo asusten. Envuélvelo con una sábana finita, sin taparle la cabeza.

Pero sin duda el mejor truco de todos tanto para alimentarle como para dormirle y calmarle es alimentar vuestra escucha y comunicación. Daros tiempo para vosotros, para que puedas conocerle en cada gesto, reacción y movimiento. El vínculo seguro es lo que más calmará a tu bebé y lo que más seguridad te dará a ti como madre, y durará toda la vida.

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Miriam Martí

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