La alimentación complementaria del bebé incluye un nuevo reto para él. Acostumbrarse a la nueva textura de los alimentos. En algunos casos los niños se adaptan sin problema, pero ¿qué hacemos ante el rechazo de las texturas de los alimentos por parte del bebé? Estos son nuestros consejos.

Qué textura deben tener los alimentos de la comida del bebé

Ante todo, mucha paciencia. Ten en cuenta que tu pequeño está descubriendo todo un mundo en muy poco tiempo. La alimentación del bebé es muy importante. Por esta razón, nunca debes descuidarla, prestando atención a la textura de los alimentos que ofreces a tu hijo. ¿Cómo debe ser su alimentación?

La textura de ciertos alimentos no es igualmente asimilada por un bebé que por un adulto. Para evitar rechazo o atragantamiento es importante prestar atención a la textura de sólidos en la alimentación del bebé. Lo más recomendable es empezar con la alimentación complementaria mediante purés o triturados. De esta manera, tras las primeras papillas y comidas del bebé enseñamos a comer a nuestro pequeño sin casi la ayuda de un adulto. Poco a poco, el bebé comenzará a comer con cuchara y él será capaz de comer por sí solo. Por otro lado, puedes poner en práctica el método baby led weading que huye de los purés tradicionales y de comer con la mano.

Con el paso del tiempo podemos ir triturando menos estos mismos alimentos. Y es que a partir de los 6 meses los bebés lactantes también son capaces de tomar purés, papillas y alimentos semisólidos. A los 8 meses la mayoría de los niños ya pueden comer ciertos alimentos utilizando sus manos. Finalmente, a partir del año de edad, tu pequeño ya podrá comer lo mismo que el resto de la familia salvo en caso de intolerancias diagnosticadas.

Cómo evitar el rechazo en la alimentación complementaria

Algunos pediatras aseguran que es bueno dejar que los niños jueguen con la comida. Darles de comer solo papillas o purés puede producir en ellos un rechazo por la comida normal cuando sean mayores. De esta manera, se permite una alimentación supervisada por los padres en los que el niño pueda coger un trozo de pan, una manzana, fideos cocidos, trocitos de albóndiga o de plátano, etc.

Esta es una buena estrategia para que el bebé se empiece a acostumbrar las diferentes texturas de los alimentos. Observa a tu pequeño cómo reacciona ante la comida y respeta siempre sus límites. Nunca dejes a tu bebé comer solo para evitar posibles atragantamientos. Alterna pequeños sorbos de agua con la comida que le vayas a dar. Eso permite hacer pausas, así como favorecer la digestión de tu pequeño.

Ya sabemos que los bebés a esta edad aún no pueden masticar. Pero chupar los alimentos también les permite familiarizarse con su sabor y textura. Ante cualquier duda sobre la textura de los alimentos del bebé debes preguntar al pediatra, él mejor que nadie sabrá aconsejarte y darte unas pautas adecuadas a tu pequeño.

Beneficios de la alimentación complementaria sin triturar

La textura de los alimentos para un bebé suele ser un problema para algunos niños. Muchos de ellos producen un rechazo ante ellos. Por esta razón, sus padres optan por las papillas y purés. Esta es una idea muy buena y recomendable, ya que los bebés no tienen dientes para masticar. Mientras un niño aprende a comer empieza por succionar los alimentos.

Por otro lado, la leche materna ha sido lo único que su sistema digestivo ha tenido que digerir. En resumen, una vez que tu hijo empiece con las papillas y purés y a partir de los 7 meses aproximadamente puedes dejarle probar otras texturas sin triturar y con un tamaño que impida que se atragante. Consulta con tu pediatra para conocer más trucos que te permitan lidiar con las diferentes texturas presentes en la alimentación complementaria de tu bebé. Con el paso del tiempo comer será coser y cantar. ¡Buen provecho!