Los cambios y posiciones que experimenta tu pequeño a lo largo de su crecimiento y desarrollo son vitales. Este es el caso de la sedestación. Un proceso de aprendizaje por el cual el bebé pasa para aprender a sentarse de manera correcta. Hoy vamos a aprender qué es la sedestación del bebé y cómo estimularla adecuadamente.
Al igual que en el embarazo nos preocupan ciertos aspectos, en el primer año de vida del bebé, las inquietudes suelen girar entorno a cuando se sentará, cuándo aguantará la cabeza o cuándo caminará.
A los seis meses aproximadamente de vida de un recién nacido se producen una serie de esfuerzos por su parte para poder sentarse. Esto es lo que se conoce como proceso de sedestación. Esta fase pasa por la etapa de adquisición de la postura, así como la de su mantenimiento por sí solo.
Este cambio se produce en el bebé cuando los músculos de su cuello cobran más fuerza y el niño se vuelve capaz de levantar su cabeza. Después, con la ayuda de sus padres o de un adulto, intenta sentarse. Aunque, como podrás comprobar, se caerá enseguida. En definitiva, aprender a sentarse solo y mantener esta postura es lo que se conoce como sedestación.
La sedestación es un proceso lento que requiere de mucha paciencia por parte de los padres. Del mismo modo, es importante que los adultos conozcamos un poco más sobre este proceso para ayudar a un correcto posicionamiento en el bebé.
Para que tu hijo no se quede en una semisedestación y pueda desarrollar problemas motores es fundamental una correcta estimulación temprana. Lo que nunca deberás hacer es obligar al niño a sentarse o forzar esta postura. Este aspecto es clave en el cuidado del bebé, debido a que no todos los bebés se desarrollan a igual ritmo. Unos están preparados para la sedestación a los 6 meses y otros tardan hasta los 9.
Lo primero que tienes que hacer es observar los movimientos de tu hijo. Si ves que el pequeño ya trata de elevar su postura puedes motivarlo con las siguientes actividades:
Un buen proceso de sedestación permite al bebé:
En el caso de que observes que tu bebé no logra sentarse y mantener la postura a pesar de haber transcurrido el tiempo necesario para ello, es importante que lo consultes con su médico. Una visita al pediatra podrá descartar posibles complicaciones en su columna mediante el tratamiento adecuado. De igual forma, este especialista te indicará cómo ayudar a tu hijo a una buena sedestación. Dale su tiempo.
Los cambios y posiciones que experimenta tu pequeño a lo largo de su crecimiento y desarrollo son vitales. Este es el caso de la sedestación. Un proceso de aprendizaje por el cual el bebé pasa para aprender a sentarse de manera correcta. Hoy vamos a aprender qué es la sedestación del bebé y cómo estimularla adecuadamente.
Al igual que en el embarazo nos preocupan ciertos aspectos, en el primer año de vida del bebé, las inquietudes suelen girar entorno a cuando se sentará, cuándo aguantará la cabeza o cuándo caminará.
A los seis meses aproximadamente de vida de un recién nacido se producen una serie de esfuerzos por su parte para poder sentarse. Esto es lo que se conoce como proceso de sedestación. Esta fase pasa por la etapa de adquisición de la postura, así como la de su mantenimiento por sí solo.
Este cambio se produce en el bebé cuando los músculos de su cuello cobran más fuerza y el niño se vuelve capaz de levantar su cabeza. Después, con la ayuda de sus padres o de un adulto, intenta sentarse. Aunque, como podrás comprobar, se caerá enseguida. En definitiva, aprender a sentarse solo y mantener esta postura es lo que se conoce como sedestación.
La sedestación es un proceso lento que requiere de mucha paciencia por parte de los padres. Del mismo modo, es importante que los adultos conozcamos un poco más sobre este proceso para ayudar a un correcto posicionamiento en el bebé.
Para que tu hijo no se quede en una semisedestación y pueda desarrollar problemas motores es fundamental una correcta estimulación temprana. Lo que nunca deberás hacer es obligar al niño a sentarse o forzar esta postura. Este aspecto es clave en el cuidado del bebé, debido a que no todos los bebés se desarrollan a igual ritmo. Unos están preparados para la sedestación a los 6 meses y otros tardan hasta los 9.
Lo primero que tienes que hacer es observar los movimientos de tu hijo. Si ves que el pequeño ya trata de elevar su postura puedes motivarlo con las siguientes actividades:
Un buen proceso de sedestación permite al bebé:
En el caso de que observes que tu bebé no logra sentarse y mantener la postura a pesar de haber transcurrido el tiempo necesario para ello, es importante que lo consultes con su médico. Una visita al pediatra podrá descartar posibles complicaciones en su columna mediante el tratamiento adecuado. De igual forma, este especialista te indicará cómo ayudar a tu hijo a una buena sedestación. Dale su tiempo.
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