Aunque éste es un factor a veces decisivo en el parto, no siempre es posible saber con antelación, por el tamaño de la pelvis, si el nacimiento del bebé será natural o por cesárea, salvo que haya malformaciones o una desproporción importantes. Además, hay que tener en cuenta que, durante el embarazo, la pelvis sufre algunas modificaciones, adaptándose ligeramente al paso del niño, y que la cabeza de éste también se modifica (las fontanelas de su cráneo se juntan estrechando sus diámetros).
De hecho, más que unas caderas estrechas, lo que determina que el bebé no pase por el canal óseo del parto es una desproporción pélvico-cefálica entre su cabeza y tu pelvis. Existe una prueba -poco usada en la actualidad- que se realiza justo antes del parto a las gestantes de las que se sospecha que tienen la pelvis estrecha o con alguna anomalía. Si la prueba, que determina la relación entre la cabeza del bebé y la pelvis materna, muestra que el bebé no tiene suficiente espacio para salir, es posible que el ginecólogo indique una cesárea. No obstante, en la actualidad, salvo casos muy determinados, la valoración del canal óseo se lleva a cabo al final del embarazo o durante el mismo parto mediante los tactos vaginales.
Aunque éste es un factor a veces decisivo en el parto, no siempre es posible saber con antelación, por el tamaño de la pelvis, si el nacimiento del bebé será natural o por cesárea, salvo que haya malformaciones o una desproporción importantes. Además, hay que tener en cuenta que, durante el embarazo, la pelvis sufre algunas modificaciones, adaptándose ligeramente al paso del niño, y que la cabeza de éste también se modifica (las fontanelas de su cráneo se juntan estrechando sus diámetros).
De hecho, más que unas caderas estrechas, lo que determina que el bebé no pase por el canal óseo del parto es una desproporción pélvico-cefálica entre su cabeza y tu pelvis. Existe una prueba -poco usada en la actualidad- que se realiza justo antes del parto a las gestantes de las que se sospecha que tienen la pelvis estrecha o con alguna anomalía. Si la prueba, que determina la relación entre la cabeza del bebé y la pelvis materna, muestra que el bebé no tiene suficiente espacio para salir, es posible que el ginecólogo indique una cesárea. No obstante, en la actualidad, salvo casos muy determinados, la valoración del canal óseo se lleva a cabo al final del embarazo o durante el mismo parto mediante los tactos vaginales.
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