Como especialista en lactancia materna y después de consultar a tantas madres me he dado cuenta que las mujeres que dan el pecho saben que hay beneficios pero no están seguras de cuales son. La lactancia materna fue la manera normal de alimentar a los niños a través de muchas generaciones.

El hecho de que nuestra especie prospere prueba que la leche materna es el alimento perfecto para nuestros hijos. En las últimas tres o cuatro generaciones ha tenido lugar la introducción de sucedáneos de la leche materna. La gran diferencia con otros mamíferos es que los humanos somos los únicos que consumimos leche de otras especies.
Cada leche es específica para su especie. Un elefante marino bebé es alimentado una vez cada cuatro días pero necesita aumentar su grasa corporal rápidamente para protegerse del frío; por ello la leche de la que se alimenta tiene alto contenido graso. Un becerro tiene que desarrollar músculos rápidamente y ser capaz de dormirse tranquilo y seguro; por ello la vaca produce una leche alta en proteínas, particularmente caseínas que contiene casomorfinas que inducen al sueño.

El bebé humano nace con un estado de inmadurez; el hígado y los riñones no son capaces de procesar alimentos ricos en proteínas. El cerebro es un órgano que continuará madurando los siguientes dos años. Por esta razón, la leche humana es la más baja en proteínas pero la más alta en contenido de lactosa –azúcar necesario para el desarrollo apropiado del cerebro.

La investigación epidemiológica muestra que la leche humana y el amamantamiento de los bebés suministra ventajas con referencia a la salud general, al crecimiento y al desarrollo, mientras disminuye significativamente el riesgo para un gran número de enfermedades agudas y crónicas. La investigación en Estados Unidos, Canadá, Europa, y otros países desarrollados, en poblaciones predominantemente de clase media, suministra una fuerte evidencia que la alimentación con leche humana disminuye la incidencia y/o severidad de diarrea, infección respiratoria baja, otitis media, bacteremia, meningitis bacteriana, botulismo, infección del tracto urinario y enterocolitis necrotizante. Hay un número de estudios que muestran un posible efecto protector de la alimentación con leche humana contra el síndrome de muerte súbita del lactante, diabetes mellitus insulino dependiente, enfermedad de Crohn, colitis ulcerativa, linfoma, enfermedades alérgicas y otras enfermedades crónicas digestivas.

La pérdida de sangrado en las mujeres que amamantan durante el periodo de posparto es más reducida puesto que la oxitocina liberada en respuesta al la succión, hace que el útero se contraiga, reduciendo el sangrado. La lactancia le ayuda a la madre a evitar el de cáncer de mama.

En muchos países las madres que dan a luz tiene acceso a especialistas en lactancia por lo que es más fácil poder solucionar cualquier obstáculo que se pueda presentar durante este periodo. En países como México se cuentan con muy pocas personas con esta especialidad y se dan a conocer por medio de consultas privadas e impartiendo capacitaciones a profesionales de la salud apoyando la lactancia y esperando crecer con del tiempo.