El embarazo y el trabajo son llevados con mucha valentía por muchas mujeres. Es una condición natural en nuestras vidas, pero necesita ser afrontada con ciertos cuidados para evitar dañar al futuro bebé. Si trabajas en un lugar tranquilo, donde no te expones a peligros o a situaciones que demanden mucho esfuerzo es posible que logres mantener tu empleo hasta unos días antes del parto. El tipo de trabajo que ejerzas es muy importante, pues el bebé estará más o menos expuesto según el esfuerzo físico, el estrés o los cambios emocionales vividos durante los siguientes meses.
Como ya hemos adelantado, el embarazo es compatible con la vida laboral siempre y cuando el puesto de trabajo esté libre de riesgos para la mamá y para su bebé. Lo recomendable es que consultes a tu médico antes de decidir llevar tu embarazo al mismo ritmo de tus actividades laborales. Si el especialista considera que no hay ningún riesgo para ti o para tu bebé, podrás continuar trabajando con normalidad hasta las últimas semanas de gestación. O pedir tu baja de maternidad semanas antes del parto para estar más relajada.
Es muy frecuente que toda embarazada se pregunte si es adecuado mantener su trabajo durante los nueve meses de gestación o si, por el contrario, es conveniente solicitar la baja médica y guardar reposo, sobre todo al comienzo del tercer trimestre. Lo cierto es que no hay una norma general ni universal que establezca un protocolo común a todas las embarazadas y trabajos, de manera que debes saber que cada mujer tiene sus propias necesidades y cada puesto de trabajo implica ciertos riesgos que conviene valorar.
El embarazo es un estado fisiológico, no patológico, por lo que toda mujer puede realizar su actividad diaria normal, salvo que presente un embarazo de riesgo y su médico indique lo contrario. La mayoría de embarazadas pueden continuar trabajando hasta las últimas semanas de embarazo y tienen derecho a solicitar un cambio de puesto o readaptación de las tareas, especialmente en aquellos casos en los que debe realizar grandes cambios posturales. No obstante, si no pueden hacerlo y trabajas más de 4 horas de pie seguidas, es muy probable que el médico te conceda la baja médica hacia la semana 22, pues es lo que recomienda la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Para más información sobre el trabajo y el embarazo, puedes leer nuestro reportaje Trabajar embarazada y consultar la Tabla de riesgos para el embarazo y la lactancia en la que se recogen algunos de los principales factores de riesgo laborales que pueden suponer un riesgo para la salud de las mujeres embarazadas y orientaciones de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
El embarazo y el trabajo son llevados con mucha valentía por muchas mujeres. Es una condición natural en nuestras vidas, pero necesita ser afrontada con ciertos cuidados para evitar dañar al futuro bebé. Si trabajas en un lugar tranquilo, donde no te expones a peligros o a situaciones que demanden mucho esfuerzo es posible que logres mantener tu empleo hasta unos días antes del parto. El tipo de trabajo que ejerzas es muy importante, pues el bebé estará más o menos expuesto según el esfuerzo físico, el estrés o los cambios emocionales vividos durante los siguientes meses.
Como ya hemos adelantado, el embarazo es compatible con la vida laboral siempre y cuando el puesto de trabajo esté libre de riesgos para la mamá y para su bebé. Lo recomendable es que consultes a tu médico antes de decidir llevar tu embarazo al mismo ritmo de tus actividades laborales. Si el especialista considera que no hay ningún riesgo para ti o para tu bebé, podrás continuar trabajando con normalidad hasta las últimas semanas de gestación. O pedir tu baja de maternidad semanas antes del parto para estar más relajada.
Es muy frecuente que toda embarazada se pregunte si es adecuado mantener su trabajo durante los nueve meses de gestación o si, por el contrario, es conveniente solicitar la baja médica y guardar reposo, sobre todo al comienzo del tercer trimestre. Lo cierto es que no hay una norma general ni universal que establezca un protocolo común a todas las embarazadas y trabajos, de manera que debes saber que cada mujer tiene sus propias necesidades y cada puesto de trabajo implica ciertos riesgos que conviene valorar.
El embarazo es un estado fisiológico, no patológico, por lo que toda mujer puede realizar su actividad diaria normal, salvo que presente un embarazo de riesgo y su médico indique lo contrario. La mayoría de embarazadas pueden continuar trabajando hasta las últimas semanas de embarazo y tienen derecho a solicitar un cambio de puesto o readaptación de las tareas, especialmente en aquellos casos en los que debe realizar grandes cambios posturales. No obstante, si no pueden hacerlo y trabajas más de 4 horas de pie seguidas, es muy probable que el médico te conceda la baja médica hacia la semana 22, pues es lo que recomienda la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Para más información sobre el trabajo y el embarazo, puedes leer nuestro reportaje Trabajar embarazada y consultar la Tabla de riesgos para el embarazo y la lactancia en la que se recogen algunos de los principales factores de riesgo laborales que pueden suponer un riesgo para la salud de las mujeres embarazadas y orientaciones de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y de la Asociación Española de Pediatría (AEP).
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