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El embarazo no está exento de algunos riesgos que es importante conocer para poder prevenirlos o ponerles remedio. Este es el caso de la eclampsia y preeclampsia. Te describimos aquí los riesgos de la eclampsia durante el embarazo.
La eclampsia es un desorden de la tensión alta en el embarazo. En este sentido, es importante que preeclampsia y eclampsia son parecidas, pero no son lo mismo. De hecho, la eclampsia es el estado más grave de la enfermedad hipertensiva en el embarazo.
Este problema se caracteriza por la aparición de convulsiones o coma durante el embarazo después de la vigésima semana de gestación, el parto o en las primeras horas del puerperio, sin que estas convulsiones tengan relación con problemas de carácter neurológico. Por ello, es bueno que conozcas los factores de riesgos de la eclampsia durante en el embarazo.
Este tipo de complicaciones del embarazo han de ser controladas y tratadas, ya que una preeclampsia puede derivar en una eclampsia. Aunque no hay nada que determine el origen de la eclampsia existen algunos factores de riesgo que pueden favorecer su aparición:
El peligro de sufrir eclampsia en el embarazo reside en que se puede producir el desprendimiento prematuro de la placenta, así como el riesgo de sufrir un parto antes de término.
La mortalidad materna en la eclampsia es gira en torno a un 10-15 por ciento, aunque la mayoría de las pacientes mejoran notablemente en las siguientes 24 a 48 horas tras iniciar el tratamiento adecuado. Suele ser necesario interrumpir el embarazo tempranamente y practicar una cesárea.
La eclampsia en el embarazo se puede diagnosticar según los siguientes síntomas:
La tasa de la eclampsia es de aproximadamente 1 por cada 2.000 a 3.000 embarazos.
Durante el parto, las mujeres con eclampsia tienen un riesgo mayor de separación de la placenta. Un parto prematuro que lleva a complicaciones en el bebé y problemas de coagulación de la sangre. Para evitar que la preeclampsia grave progrese a eclampsia lo mejor es dar a luz al bebé.
Las mujeres que han tenido eclampsia durante un embarazo son más propensas a desarrollarla de nuevo en sucesivos embarazos, aunque normalmente no será tan grave como la primera vez.
Para evitar la eclampsia es necesario hacer un seguimiento muy exhaustivo de la madre mediante controles médicos periódicos. La periodicidad de estos exámenes permitirán el diagnóstico y el tratamiento oportunos de la preeclampsia para evitar que se presente la eclampsia.
Además de las revisiones médicas la embarazada con antecedentes de tensión alta puede tomar una serie de medidas que eviten agravar esa situación, empezando por vigilar su alimentación. Una dieta equilibrada baja en sal y en grasas permite controlar la tensión alta y sus consabidas consecuencias.
Estos son los riesgos de la eclampsia durante el embarazo. Una complicación que cada vez está más controlada a nivel médico.
El embarazo no está exento de algunos riesgos que es importante conocer para poder prevenirlos o ponerles remedio. Este es el caso de la eclampsia y preeclampsia. Te describimos aquí los riesgos de la eclampsia durante el embarazo.
La eclampsia es un desorden de la tensión alta en el embarazo. En este sentido, es importante que preeclampsia y eclampsia son parecidas, pero no son lo mismo. De hecho, la eclampsia es el estado más grave de la enfermedad hipertensiva en el embarazo.
Este problema se caracteriza por la aparición de convulsiones o coma durante el embarazo después de la vigésima semana de gestación, el parto o en las primeras horas del puerperio, sin que estas convulsiones tengan relación con problemas de carácter neurológico. Por ello, es bueno que conozcas los factores de riesgos de la eclampsia durante en el embarazo.
Este tipo de complicaciones del embarazo han de ser controladas y tratadas, ya que una preeclampsia puede derivar en una eclampsia. Aunque no hay nada que determine el origen de la eclampsia existen algunos factores de riesgo que pueden favorecer su aparición:
El peligro de sufrir eclampsia en el embarazo reside en que se puede producir el desprendimiento prematuro de la placenta, así como el riesgo de sufrir un parto antes de término.
La mortalidad materna en la eclampsia es gira en torno a un 10-15 por ciento, aunque la mayoría de las pacientes mejoran notablemente en las siguientes 24 a 48 horas tras iniciar el tratamiento adecuado. Suele ser necesario interrumpir el embarazo tempranamente y practicar una cesárea.
La eclampsia en el embarazo se puede diagnosticar según los siguientes síntomas:
La tasa de la eclampsia es de aproximadamente 1 por cada 2.000 a 3.000 embarazos.
Durante el parto, las mujeres con eclampsia tienen un riesgo mayor de separación de la placenta. Un parto prematuro que lleva a complicaciones en el bebé y problemas de coagulación de la sangre. Para evitar que la preeclampsia grave progrese a eclampsia lo mejor es dar a luz al bebé.
Las mujeres que han tenido eclampsia durante un embarazo son más propensas a desarrollarla de nuevo en sucesivos embarazos, aunque normalmente no será tan grave como la primera vez.
Para evitar la eclampsia es necesario hacer un seguimiento muy exhaustivo de la madre mediante controles médicos periódicos. La periodicidad de estos exámenes permitirán el diagnóstico y el tratamiento oportunos de la preeclampsia para evitar que se presente la eclampsia.
Además de las revisiones médicas la embarazada con antecedentes de tensión alta puede tomar una serie de medidas que eviten agravar esa situación, empezando por vigilar su alimentación. Una dieta equilibrada baja en sal y en grasas permite controlar la tensión alta y sus consabidas consecuencias.
Estos son los riesgos de la eclampsia durante el embarazo. Una complicación que cada vez está más controlada a nivel médico.
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